En algunas unidades del ejército, apenas un tercio de los soldados han accedido a vacunarse. Aun así, los comandantes han descubierto que hay un factor que a veces convence a los reclutas a vacunarse: el despliegue a ultramar. Entre los marineros que zarparon la semana pasada para misiones en el exterior, el porcentaje de quienes aceptaron inocularse ascendió a una cifra entre 80% y 90%.
El subdirector de operaciones del Estado Mayor Conjunto, mayor general de la Fuerza Aérea Jeff Taliaferro, declaró el miércoles en el Congreso que “los datos muy preliminares” apuntan a que apenas dos tercios de los militares han accedido a ser vacunados.
Eso es más que la población en general, de la cual apenas un 50 por ciento ha accedido a vacunarse según un sondeo de la Fundación Kaiser, pero la gran cantidad de militares que se niegan a ser vacunados preocupa porque los soldados con frecuencia viven, trabajan y combaten en condiciones de proximidad física donde no es tan fácil ponerse cubrebocas.
El rechazo entre las filas armadas ocurre además en momentos en que muchos militares son desplegados a centros de vacunación en todo el país y cuando la clase política está tratando de señalar hacia las filas castrenses como un ejemplo para el resto de la nación.
“Todavía estamos teniendo dificultades en hallar el mensaje adecuado para persuadir a la gente para que acepte vacunarse”, expresó el brigadier general Edward Bailey, director de salud del Comando del Ejército. Indicó que en algunas unidades el 30% ha aceptado la vacuna y que en otras la proporción alcanza entre el 50 por ciento y el 70 por ciento.
En Fort Bragg, Carolina del Norte, donde miles de soldados son entrenados para misiones a ultramar, un 60% ha accedido a vacunarse, afirmó Bailey. “Esa no es la cifra que esperábamos para personal que estará en el frente de batalla”, afirmó.
Relató que ha escuchado todo tipo de excusas de parte de los soldados para no tener que vacunarse.
“Creo que la más entretenidas fue una que me dijo ‘el Ejército siempre me da órdenes, pero esta vez me dio la opción, así que dije no’”, comentó.
Los comandantes de todas las ramas armadas han hecho campaña a favor de las vacunas. Han realizado asambleas, enviado mensajes escritos, repartido información científica, colocado videos en internet e incluso fotos de los comandantes recibiendo sus propias inyecciones.
Con información de Excelsior