El gobernador Miguel Barbosa Huerta está decidido a ganar a elección que se avecina y, de paso, a tomar revancha de sus detractores, quienes no se han alineado a sus disposiciones.

Es por ello que, a sus dos particulares enemigos, con quienes ya es muy difícil que hubiese un pacto y un acuerdo, Claudia Rivera Vivanco, edil capitalina, y el senador Alejandro Armenta Mier, ya les envió sendos mensajes de guerra.

De una guerra en la que no habrá ni tregua, ni paz.

Y es que el gobernador parece estar decidido a jugar sus fichas, de cara a la elección intermedia, con estrategia e inteligencia.

A Armenta, y de paso a sus enemigos más reacios, le mostró que si se quiere mover y pretende seguir traicionándolo podría terminar muy mal y hasta en la cárcel, por haber sido uno de los marinistas más beneficiados en sus buenos tiempos.

La detención de Valentín Meneses Roja, compadre y ex funcionario cercano de Mario Marín Torres, el gober precioso y ex mandatario de Puebla, es un claro mensaje para Alejandro Armenta, quien ya sabe a lo que se atiene.

Porque solicitando licencia y separándose del cargo, los enemigos del gobernador quedan a merced de la justicia y del propio mandatario, quien ya se vio que no dudará en aplicar la ley y encarcelar a quien sea, siempre y cuando se compruebe la comisión de un delito.

Por ello es que Barbosa ha venido mencionando y repitiendo en sus distintas mañaneras que aquellos que tengan cuentas pendientes con la ley, o que pretendan asumirse como candidatos después de haber incurrido en alguna falta en el servicio público serán detenidos.

Ni siquiera el morenovallismo, en sus buenos tiempos, había sido tan imponente y duro.

Los mensajes de guerra están cantados, vamos a ver quién o quiénes más caen en la tentación de desafiar al gobierno en turno.

Porque, aunque parezca que todo está en calma, en la política y en tiempos electorales, sobre todo, uno nunca sabe.

Y todo parece indicar que el barbosismo le va a apostar con a su poderío, a que la ley y la estructura gubernamental están de su lado para hacer saber quién manda en el estado.

Por ello la lucha en torno al Ayuntamiento de Puebla se pone más interesante y caliente, sobre todo cuando está claro que la pelea sólo es entre Claudia Rivera y el gobernador Barbosa.

El candidato o es Gabriel Biestro Medinilla, el líder del Congreso local y gallo del mandatario, o es la misma presidenta, quien ya anunció ayer que ya está inscrita en la disputa por el puesto en Morena.

No hay más, ya con Armenta fuera, es Biestro o Claudia.

Y si a esto agregamos la estrategia que se visualiza de parte del barbosismo, que es apostarle a dividir y fragmentar el voto, la cosa se pone más interesante.

Porque el absurdo ridículo que hacen los dirigentes de la mentada coalición Va por México, o Va por Puebla, (PAN, PRI y PRD), de sólo ir aliados para las diputaciones locales y federales, a ver si no los mete en aprietos.

Aunque el mensaje de la detención del Vale Meneses, priista de cepa, también pegó en la mentada coalición que encabezará el PAN, pues pone a los priistas y a sus “amigos” contra la pared.

El escándalo provocado por la detención del “gober precioso” parece que también tenía como remitente a Puebla y a la alianza que le hará frente a Morena.

De esta forma, la 4T y los morenos pueden vender la idea de que el PRI y sus aliados quieren regresar a robar al gobierno, a aprovecharse de los ciudadanos y de la corrupción a la que están acostumbrados.

Vaya panorama político-electoral en Puebla.

Ni Genoveva Huerta Villegas, líder estatal del PAN; ni Carlos Martínez Amador, dirigente del PRD; ni mucho menos Néstor Camarillo Medina, del PRI, se esperaban el contundente mensaje del gobernador.

Y ni el Verde Ecologista, palero y tapete de la actual administración, se esperaba que lo mandaran solo a la guerra y sin fusil.

A Jaime Natale Uranga le informaron que por cuestiones de estrategia de sus aliados tenían que ir solos y ni hablar, a nadar sin salvavidas y a decir que le apostarían a la ciudadanía.

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