Hay poca evidencia de que la inmunidad colectiva este ayudando a Suecia a combatir el nuevo coronavirus, según el principal epidemiólogo del país.

“El tema de la inmunidad colectiva es complicado”, aceptó Anders Tegnell en una rueda de prensa realizada en Estocolmo

“No vemos señales de una inmunidad en la población que esté desacelerando la infección en este momento”, remarcó.

Los suecos han estado más expuestos al virus SARS-CoV-2 que sus vecinos de la región nórdica, y uno de cada tres habitantes de Estocolmo que se ha sometido a pruebas tiene anticuerpos, según cifras publicadas esta semana. Eso ocurre después de que el país optara por no implementar medidas de confinamiento, prefiriendo en su lugar apoyarse en medidas voluntarias.

Tegnell ya ha dicho que la inmunidad colectiva es difícil de cuantificar e incluso cuestionó las cifras oficiales. Las autoridades suecas han dejado en claro que la inmunidad no es un objetivo político, pero la exposición del país al virus lo convierte en un evidente caso de prueba para evaluar la teoría.

En un estudio reciente de la Organización, Suecia se posicionó constantemente entre los países más afectados en Europa, en términos de las tasas de contagio y mortalidad relativa por COVID-19. También fue el más lento en contener la propagación.

Suecia se vio obligada hace poco a reajustar su estrategia contra el virus luego de que la tasa de casos diarios superara los 7 mil. En lo que el primer ministro, Stefan Lofven, calificó este mes como una medida “sin precedentes”, el Gobierno dictaminó que los suecos ya no podrán reunirse en público en grupos mayores de ocho personas. La venta de alcohol ahora también está prohibida después de las 22:00 horas.

En un poco común discurso televisado, Lofven suplicó el domingo a sus compatriotas que hagan más.

La salud y la vida de las personas aún están en peligro, y ese peligro está aumentando”, afirmó.