Los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, exlíder del Cártel del Pacífico, construyeron una escuela temporal, para que los hijos de los trabajadores del relleno sanitario en Culiacán, Sinaloa, no pierdan clases por falta de recursos, el sitio fue equipado con televisiones, tabletas, computadoras e internet.
Esmeralda Quiñonez, líder de los vecinos del asentamiento irregular denominado Extensión Bicentenario, al norte de la ciudad, aseguró que a nombre de los hijos de “El Chapo” la contactaron para saber las necesidades del sector y cómo podían ayudarlos para que los alumnos no perdieran el ciclo escolar, luego de haber denunciado el estado de abandono en que se encontraban en algunos medios locales.
Además de habilitar un espacio dentro de la colonia, llevaron equipo, material didáctico, cuadernos, libros, útiles escolares, y hasta uniformes y zapatos escolares para los menores.
“Gracias a Dios llegaron las notas a los hijos de El Chapo Guzmán y pues se solidarizaron, y nos ayudaron a construir aquí, ellos querían algo más grande, pero por los tiempos no nos daban, nosotros les pedimos que hicieron aquí, en este tejaban”, manifestó.
La mayoría de los menores de esta colonia no estaban cursando ningún grado, porque no lograron inscribirse en línea o porque no tenían las herramientas necesarias para aprender a distancia. Y sus padres no podían ayudarlos, porque no saben leer ni escribir.
“Esta semana nos vamos a acomodar, porque también vamos a dar alimento, ahorita estamos dándoles galletas y jugos, pero la idea es darles sándwiches y comida, mientras sus papás están trabajando, los niños aquí estén comiendo, y que les demos algo más o menos nutritivo”, aseguró.
La idea es que los niños puedan aprender mientras sus padres se encuentran trabajando en el relleno sanitario, y que tampoco se preocupen por los alimentos, lo que ha motivado a decenas de padres a mandar a sus hijos a esta escuela temporal.
Las maestras son dos vecinas de esta misma colonia, quienes están estudiando para docentes en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Adilene Herrera es una de ellas y confirmó que la mayoría de los niños no estaban tomando clases, solo andaban en las calles hasta que sus padres regresaban.
Por decisión propia, desde hace unos meses, ella comenzó a darles asesoría a los niños que lo necesitaban, durante sus tiempos libres, porque también recolecta basura para sacar adelante a su hija, y otros padres, le comenzaron a llevar a sus niños.
A pesar de que ella, en lo personal, no simpatiza con las actividades que fomenten la violencia, considera que invertir en la educación, es algo noble, y no hace daño a la población.
“Los muchachos trajeron todo, compraron los materiales, los palos, las tejas, arreglaron el techo, hicieron el baño, en dos días lo hicieron, trajeron mesas, bancos, dos computadores, una impresora”, relató.
Sin embargo, en redes sociales, algunas personas han criticado la manera en que fue equipa la escuela, pero quienes viven en la colonia Bicentenario están agradecidos con las personas que apoyaron y les garantizaron que sería un proyecto duradero.
“Ahorita hay muchas críticas, mucha gente opinando, yo creo que lo que las personas esas hagan, es totalmente aparte de lo que hicieron, que fue una bendición, claro que fue una bendición, vinera de ellos o de cualquier otra persona, y fue una gran ayuda a esta colonia”, dijo Esmeralda.
Calcomanías con las iniciales de Joaquín Guzmán Loera fueron colocadas en los equipos que entregaron y en algunas paredes del tejado, a la vista de todos, como una forma de recordarles quienes los ayudaron. Situación que no les incomoda, aseguran las maestras.
A pesar de la pandemia, y que las escuelas tradicionales no están de forma presencial, está tiene entre 70 y 90 alumnos del nivel básico, separados por preescolar, primaria y secundaria, para que puedan seguir las clases por televisión o internet, auxiliados por las maestras voluntarias.