Estamos próximos a celebrar algunas fiestas de mucho significado para nuestra fe, por lo que es necesario poner de manifiesto algunas líneas que nos permitan continuar viviendo nuestras celebraciones presenciales, sin que representen un riesgo para la salud de todos.

  1. En todas las parroquias y rectorías se podrá celebrar la Eucaristía el día propio de su fiesta patronal, observando las medidas sanitarias y el aforo establecido por las autoridades gubernamentales y de salud.
  2. Para las celebraciones de San Judas Tadeo, Todos los Santos, Fieles difuntos y de la Santísima Virgen (8 y 12 de diciembre), podrán celebrarse en la comunidad parroquial y en familia, respetando las medidas y el aforo permitido.

Los invitamos a que los días 1 y 2 de noviembre eviten visitar los cementerios, pues son un lugar de riesgo, recordemos que lo mejor que podemos hacer por nuestros difuntos es orar por ellos, en familia o con la comunidad parroquial celebrando la Eucaristía.

  1. Del mismo modo, para las celebraciones de la Santísima Virgen de Guadalupe, de parte del Rector de la Basílica, hemos recibido la exhortación a no visitar el santuario durante el mes de diciembre, sobre todo en torno al 12, nos recomienda que es mejor hacerlo durante noviembre o en enero.

Lo mismo las celebraciones que tradicionalmente tenemos en talleres, fábricas, plazas, etc., les invitamos a evitarlas, dando prioridad a la celebración en familia, rezando el santo rosario, o con la comunidad en el templo parroquial, respetando en todo momento las medidas de seguridad.

  1. Sobre las posadas, se invita a todos los párrocos y rectores, así como a los fieles, a que suspendan estas celebraciones, o se realicen con un número reducido de fieles y únicamente en el templo parroquial, de modo que se favorezca el control y las medidas de seguridad. También se pueden celebrar en casa, con la familia, rezando el santo rosario, cantando las letanías y los villancicos, pidiendo la posada, etc.
  2. Para las celebraciones de la Navidad y el Año Nuevo, que son tan significativas, se nos anima a no dejarlas de celebrar, pero favoreciendo siempre la permanencia en casa, únicamente con la familia. En los templos parroquiales y rectorías, igualmente se podrán tener las celebraciones propias, sin dejar de observar las medidas sanitarias y el aforo permitido.

Somos conscientes del pesar que provocan estas medidas, pero de esta manera estamos contribuyendo a evitar tanto la propagación del contagio como el aumento del número de enfermos y fallecidos.