Las excavaciones que arrancaron esta semana en la ciudad estadounidense de Tulsa encontraron restos humanos que podrían pertenecer a las víctimas de una de las peores masacres raciales de la historia del país, anunciaron los responsables de las búsquedas.
Cometida en 1921 por amotinados blancos, la masacre de Tulsa dejó unos 300 muertos en un barrio negro de esta ciudad de Oklahoma.
Los restos humanos fueron descubiertos en el cementerio municipal de Oaklawn, en Tulsa, cerca de una tumba anónima de alrededor de un metro de profundidad. Todavía deben ser analizados y es aún muy pronto para afirmar que se trata de una víctima de la masacre, indicó Kary Stackelbeck, arqueóloga del estado de Oklahoma, en una conferencia de prensa.
Otros restos, que podrían pertenecer a una segunda víctima, fueron exhumados en otro punto del cementerio.
“El hecho de que hayamos encontrado restos humanos que son potencialmente recuperables es, sin duda, algo positivo”, valoró Stackelbeck. “Conocemos mucho mejor la topografía y la profundidad a la que podemos esperar encontrar esos restos en el futuro”, añadió.
La alcaldía de Tulsa decidió en 2018 tratar de localizar a las víctimas de la masacre en el marco de un esfuerzo de memoria. Las primeras excavaciones ocurrieron en julio en otra zona del cementerio, cuando se buscaban fosas comunes, pero sin éxito.
La masacre de Tulsa dejó unos 300 muertos (incluyendo mujeres y niños) entre la población afroestadounidense y destruyó más de 1.200 edificios del barrio negro de Greenwood, conocido en la época como ‘Black Wall Street’, a causa de su inédita prosperidad.
La cantidad precisa de fallecidos sigue, sin embargo, sin conocerse. Numerosos cuerpos fueron lanzados al río, quemados o enterrados en fosas anónimas.
Según el informe oficial de una comisión de investigación lanzada en 2001, las autoridades locales armaron a algunos de los amotinados blancos, nombrándolos “adjuntos” de la policía para la ocasión. Nadie fue condenado nunca por estas acciones violentas.
Testigos relataron que hubo pillajes e incendios de comercios de ciudadanos afroestadounideses, casas familiares deliberadamente acribilladas a balazos e incluso aviones lanzando bombas incendiarias sobre el barrio negro, escenas ignoradas durante mucho tiempo por el gran público pero desenterradas el año pasado gracias a la serie de televisión “Watchmen” de HBO.