El segundo informe de gobierno de la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, fue un evento sui géneris, un acto que rompió con lo tradicional por varias razones, particularmente porque no tuvo el reconocimiento del gobernador del estado.
Cosa que nunca se había dado en la historia del Ayuntamiento de Puebla, y de los presidentes municipales que por allí han desfilado.
Un aval que sí se dio en el interior del estado, con otras administraciones municipales como la desastrosa de San Martín Texmelucan y su edil, Norma Layón Aarun, a quien por más que se quiera ayudar sigue siendo una autoridad totalmente incompetente.
Y aunque la administración de Claudia Rivera no es la mejor, porque aún existen muchas necesidades y pendientes en la ciudad, lo cierto es que es muy evidente la guerra que el gobierno del estado tiene con ella.
Tan solo ayer le cayó la maquinaria encima tras la realización de su segundo informe. Un evento que, aseguran algunos, fue planeado precisamente para que no estuviera presente el gobernador.
La misma presidenta Claudia Rivera dijo que ella lo invitó personalmente, pero si no hubo una invitación de por medio por supuesto que eso fue una total descortesía.
El caso es que al informe no llegaron diputados locales, ni federales, ni un sólo representante de gobernación como para hacerle al cuento que hay respeto y civilidad entre ambos gobiernos.
Lo que quedó claro ayer en el segundo informe de gobierno de Claudia Rivera es que la guerra entre ella y el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta cada vez sube más de tono.
La presidenta incluso advirtió en su discurso, sobre la autonomía municipal y refiriéndose al gobernador Barbosa “no somos pares, lo sé, pero tampoco somos inferiores ni subordinados. Por eso le expreso nuevamente mi respeto y mi disposición de trabajar coordinadamente”.
Entonces, los tambores de guerra en el palacio municipal empezaron a sonar y se escuchó aquello de “no estás sola, no estás sola”, lo que retumbó en un eco sonorizado por todas las oficinas del palacio.
Sin embargo, en su discurso, la presidenta dejo ver que también mantiene su propia guerra, igual que el estado y la federación, con aquellos que considera enemigos de su gobierno, a los que llamó “consultores chantajistas”.
Es increíble que los gobiernos de la 4T no entienden que, en la política, como cualquier trabajo, se tiene que hacer esfuerzo en equipo. Nadie puede hacer un gobierno solo, ni siquiera sin los medios de comunicación.
Tal parece que los gobiernos emanados de Morena tienen delirio de persecución, pues creen que todos son iguales, todos son corruptos, rateros, criminales y abusivos.
Y es que se han encargado de medir con la misma vara, de poner a los medios, por ejemplo, en una misma olla.
Olvidaron muy pronto que incluso algunos los culparon directamente de muertes y de otras graves responsabilidades. Empero, su delirio de persecución, sin duda, va a ser su acabose y su peor pesadilla.
La presidenta Claudia Rivera mencionó como logros de su gestión la inversión de 500 millones de pesos para enfrentar la pandemia en la capital, la entrega de despensas, el incremento al salario de los policías municipales, la construcción de banquetas, pavimentación de vialidades y la colocación de alumbrado.
El resto del discurso fue para defenderse de los ataques hechos contra su administración, particularmente haciendo alusión al gobierno del estado.
Lanzó criticas a diestra y siniestra, lo que debería medir y replantear que está cayendo en lo mismo que tanto critica, o en el bullying que le hacen los regidores de su propio partido, quienes prefirieron salirse del palacio antes que recibir la rosa blanca que Claudia entregó a todos y cada uno de los integrantes de su Cabildo.
Lo que Claudia Rivera debería hacer en la recta final de su gobierno es centrarse en hacer obra pública, en impulsar un magno proyecto que capte la atención de los ciudadanos, quienes están necesitados de incentivos y buenas noticias tras la pandemia.
Morena y sus gobiernos sólo critican al PAN y están anclados en recordar y criticar el pasado, lo que ya no existe, pero se olvidan que tiene un gran reto y un delicado compromiso para lograr un verdadero cambio.
Un cambio que si no llega pronto les va a costar muy caro el próximo 06 de junio en las urnas, cuando se celebren los comicios para reelegir o no a muchos de los actuales funcionarios morenistas.
Señores de Morena, señores funcionarios, no vean enemigos donde no los hay.
Esos los tienen incrustados en sus propios gobiernos, sólo basta con echar un vistazo para encontrarlos.
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