La presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, tiene una oportunidad política de oro ante el acuerdo de la Comisión Inspectora del Congreso del Estado para acudir a una comparecencia para responder denuncias “ciudadanas” de “presuntas” anomalías en su gestión.
Dice el dicho: “El que nada debe, nada teme”.
Y aplica perfectamente al caso de Claudia Rivera que deberá aprovechar este escenario político para demostrar que en su administración no hay malos manejos, que tiene una supervisión correcta de la aplicación de los recursos y que la comparecencia es una burda “persecución política”.
Claudia Rivera deberá aplicar su experiencia política para canalizar a su favor los reflectores que increíblemente le abrieron los diputados locales.
¿Se imagina que Claudia Rivera llegue, enfrente y derrote a los diputados locales?
Sería el mejor escenario político para la alcaldesa de Puebla.
Obviamente todo puede ser una burda trampa de los diputados locales para llevar al matadero a la presidenta municipal de Puebla.
Ese es el gran escenario que deben enfrentar los políticos para demostrar de qué están hechos.
Claudia Rivera debe reflexionar a fondo qué gana y qué pierde si va a la comparecencia del Congreso.
Si va y mantiene su discurso de “activista”, entonces será presa fácil de los diputados.
Si va y demuestra que tiene las tablas para sobrevivir y en el mejor de los casos exhibir la persecución política por parte del Congreso, saldrá victoriosa.
Si es que Claudia Rivera decide no ir, por cualquier razón, entonces dará la razón a las “sospechas” de sus detractores.
Es momento de que Claudia Rivera deje el activismo, se ponga el traje de gobernante y demuestre que puede trascender.
Ya veremos qué decide.
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