La violencia contra las mujeres en Puebla sigue desbordada y parece que no hay poder humano que pueda detenerla, por lo que urge una campaña de educación a los varones y otra de protección a las mujeres para que los abusos y feminicidios cesen de una vez por todas.
Porque ni el haber incrementado las penas a delitos como el feminicidio pudieron detener este mal social que se ha incrementado en los últimos años.
Recordemos que -en el 2015- el Congreso del Estado reformó el artículo 338 bis del Código Penal, para aumentar de 40 a 60 años la pena máxima por feminicidio e imponer multas de 43 mil 440 a 86 mil 880 pesos.
Sin embargo, ni así se logró inhibir la violencia contra las mujeres y el feminicidio, el cual sigue cobrando víctimas incluso cada semana.
Lo anterior viene a cuento porque ayer, nuevamente, una mujer, una joven universitaria, o ex universitaria, de nombre Montserrat Méndez Olarte, denunció en sus redes sociales los ataques y las agresiones físicas que presuntamente le habría propinado su novio, de nombre Luis Eduardo Espinosa, estudiante de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap).
Montserrat publicó en su Instagram fotografías de los golpes en su rostro, así como las lesiones en distintas partes de su cuerpo (pies, manos y estómago), incluso advirtió que no permitiría que nadie más fuese lastimado por su agresor.
El mensaje escrito por la afectada es el siguiente:
“No tengo palabras, nunca pensé estar tan cerca de una situación así, es más, nunca pensé ser yo quien protagonizaría tan humillantes escenas, sé que he cometido muchos errores, pero… jamás dejaré que le vuelvas a hacer daño a nadie”.
El Congreso del Estado en Puebla avaló, también, aplicar penas más severas al delito de violencia familiar para proteger aún más a la mujer, por lo que las sanciones pasaron de 2 a 8 años de prisión, cuando antes sólo eran de 1 a 5 años.
El artículo 284 bis del Código Penal en Puebla establece lo siguiente:
“A quien cometa el delito de violencia familiar, se le impondrán de dos a ocho años de prisión y multa de cincuenta hasta ciento cincuenta veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización en el momento de la comisión del delito; y estará sujeto a tratamiento integral para su rehabilitación por un tiempo que no rebase la sanción privativa de la libertad que se haya impuesto, así como la pérdida de la patria potestad, de los derechos hereditarios y de alimentos. La penalidad descrita en el párrafo anterior se aumentará hasta en una tercera parte, en caso de que la víctima sea mayor de setenta años”.
En tanto que la pena máxima por hostigamiento sexual contra las mujeres en Puebla es de 2 años y 8 meses de cárcel. En el caso del acoso la sanción es de un año, según el artículo 278 Quáter.
Según cifras extraoficiales, en Puebla se han registrado alrededor de 70 feminicidios en lo que va del año, por lo que esto significaría un incremento del 35 por ciento en comparación con el 2019.
Sin embargo, algunas organizaciones como el Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG), organismo del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana Puebla, así como el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr), no coinciden en las cifras.
Según los representantes del OVSG, lo anterior debido a que probablemente no todas las investigaciones realizadas de manera oficial por presuntos feminicidios se realizan desde una perspectiva de género, a partir de la cual se analizan las conexiones existentes entre la violencia contra las mujeres y la violación de otros derechos humanos.
Lo cierto es que la violencia en contra de la mujer parece que no cede, a pesar de haber tipificado el feminicidio, por lo que aún existen muchos pendientes por parte de las autoridades encargadas de hacer valer la ley para cuidar y evitar el maltrato al sexo femenino.
Aún está pendiente reconocer los distintos tipos de violencia que se ejerce en contra de la mujer, los cuales derivan en feminicidio, además de la existencia de la terrible burocracia al momento de denunciar las agresiones, la omisión y los comentarios machistas en que seguimos incurriendo los varones.
Me pregunto ¿qué tendrá que suceder para que se termine la violencia contra las mujeres, no sólo en Puebla sino en el resto del país?
Y lo peor ¿qué necesitamos para acabar de una vez por todas con el maldito feminicidio?
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