En la morbosa plática que este reportero sostuvo con Miguel Barbosa, el gobernador abordó un tema que en Puebla era un secreto a voces: el súbito enriquecimiento de todos sus antecesores y de los exsecretarios que estuvieron al frente de las principales carteras del organigrama del Poder Ejecutivo local.
Los patrimonios que los exfuncionarios marinistas y morenovallistas amasaron en apenas unos años y que coindicen con su paso por la administración pública es, por decir lo menos, escandaloso.
Cuando la corrupción tocó su pico máximo durante el gobierno de Mario Marín, aún nos faltaba ver lo peor con el oscuro régimen que encabezó el siniestro Rafael Moreno Vale.
De la noche a la mañana, todos los secretarios, directores y hasta funcionarios de segundo nivel se convirtieron en los grandes ricos de Puebla al poseer torres de departamentos, centros comerciales, edificios empresariales, hoteles, lotes de autos de lujos, fraccionamientos, terrenos en las zonas y residenciales más lujosos del estado, condominios en el Caribe Mexicano, entre otras muchas propiedades compradas con los impuestos de los poblanos.
Casos como los de Genoveva Huerta, la millonaria lideresa del PAN que posee una riqueza inmobiliaria difícil de explicar; o el de Jorgito Aguilar Chedraui, el exsecretario de Salud que se compró un avión privado y cuenta con departamentos en el extranjero; o el de Eukid Castañón, el hoy preso y exesbirro de Moreno Valle quien forjó un patrimonio insultante ante los ojos de la sociedad, se hicieron costumbre mientras los gobiernos del PAN ostentaron el poder casi una década en la entidad.
El black money corría por los pasillos de Casa Puebla mientras Rafael se obnubilaba aún más con su sueño de opio de convertirse en el presidente de México en el 2024.
Nada más alejado de la realidad.
La corrupción es parte de la maldita herencia que nos dejó el siniestro Moreno Valle.
Aunque desde el 2019, en Puebla se vive una cruzada en contra de la corrupción que dejaron los gobiernos del PAN, algunos cínicos quieren seguir burlando la ley con el claro objetivo de continuar con las mismas tranzas que se hicieron durante el morenovallismo.
Además de “La Jefa Geno”, quien retrata de pies a cabeza la corrupción de las gestiones del PAN, existe otro pillo en la aldea que sigue acumulando inmuebles sin que estos coincidan con sus ingresos.
Desde hace un par de meses, José Juan Espinosa compró la casona marcada con el número 54 de la Avenida Teziutlán Sur, en la Colonia La Paz, cuyo valor comercial supera los 30 millones de pesos, como así lo demuestran las fotografías en poder de El Incorrecto.
De hecho, Espinosa Torres, quien perdió todo guiño de cordura desde que fue descubierta su traición a la 4T al venderse con la difunta Martha Erika Alonso, comenzó a remodelar la vivienda, que les compró a los hijos de Doña Lourdes Casillas, para instalar ahí una funeraria como la que posee en San Pedro Cholula.
Sin embargo, un grupo de vecinos de La Paz se manifestaron en contra de la construcción del exalcalde cholulteca para evitar que en la zona se instale la funeraria que a la fecha carece de todos los permisos, así como la obra que ya tiene montada una estructura de metal en la entrada sin que esta contara con las licencias autorizadas por el Ayuntamiento de Puebla.
El patrimonio de José Juan “El Loquito del Pueblo” Espinosa sigue incrementándose escandalosamente a pesar de que la muerte de los Moreno Valle le quitó el halo de impunidad con el que el diputado local ha logrado amasar una fortuna inexplicable.
Espinosa Torres, al igual que su ahora mejor amiga Genoveva Huerta, ejemplifican a la perfección la generación de políticos corruptos que estuvieron en el poder durante la última década.
La generación que solo transformó sus cuentas bancarias.
Por esto es que la Unidad de Inteligencia Financiera tiene en la mira a Puebla.
¡Cuánto cinismo!
Off the record
¿Quién es el empresario inmobiliario que le presta su avión a José Juan Espinosa para viajar al menos dos veces por semana a Guadalajara para reunirse con el gobernador Enrique Alfaro para conspirar en contra del gobernador Barbosa de cara al inicio de las elecciones intermedias del 2021?
Este mismo personaje, quien posee tres torres que llevan su nombre en la Avenida Juárez y en la Vía Atlixcayotl, es quien alienta las aspiraciones de Enrique “El Sultán” Doger para buscar la alcaldía de San Andrés Cholula por el PRI.
Otra vez, el “JJ” busca traicionar, de la mano de Enrique Alfaro, a Morena en Puebla en las próximas elecciones.
El gobernador de Jalisco ya adoptó al perro que Moreno Valle dejó en la calle.