Con la intención de explorar algunas estrategias de desarrollo equitativo y responsable, el Departamento de Negocios de la IBERO Puebla celebró el 1er Encuentro Internacional de Emprendimiento e Innovación en Economía Social y Solidaria.

En palabras María Elena Pérez Pulido, directora del Departamento de Negocios, la pandemia nos ha orillado a prescindir de la presencia física, por lo que la mediación de la tecnología ha sido indispensable para continuar con las actividades. No obstante, también se han hecho evidentes las desigualdades y carencias producto de la brecha tecnológica.

Apropiación sociotécnica

Como fuerza global, la tecnología puede entenderse como un proceso impuesto y que no puede detenerse; o bien, como un conjunto de dispositivos y prácticas liberadoras del trabajo diario. La concepción predominante ve a la innovación como un producto al que debemos acceder debido a la obsolescencia programada y la cultura del consumo.

En la conferencia inaugural la Dra. Josefina Cendejas Guízar investigadora en el Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, cuestionó lo siguiente: ¿La evolución de las tecnologías de la información no implica realmente la exclusión de grandes conglomerados humanos?

Al respecto esclareció que el discurso corporativo y político que establece que la tecnología es un horizonte inminente, no es verás. “Esta concepción de modernidad a toda costa ha llevado a la devastación ambiental, ruptura de límites éticos y exclusión social”.

Resignificar la tecnología es una respuesta importante para realizar una vinculación desde la dimensión social humana. Así, definió las tecnologías para la inclusión social (TIS) como formas para diseñar y gestionar tecnologías orientadas a resolver problemas sociales y ambientales.

Se diferencian de otros modelos como las tecnologías apropiadas y las comunitarias porque, contrario a estas últimas, buscan ser inclusivas y no dirigidas estrictamente a grupos vulnerables. “No se trata de que sean sólo bienes de uso o de cambio, sino de encontrar un equilibrio virtuoso que no ponga el lucro como principal objetivo”, refrendó Cendejas Guízar.

Sobre el futuro de la economía social, indicó que las empresas que adoptan el uso de las TICS son más resilientes que las microempresas en el modelo tradicional. No obstante, se sigue considerando a la tecnología como un ente intrusivo ante la producción artesanal. Esto contribuye a que el emprendimiento en economía social favorezca a reproducir modelos de exclusión.

Finalmente, la especialista destacó la importancia de construir espacios de innovación sociotécnica en aras de edificar una sociedad realmente incluyente y democrática. Los resultados, dijo, serían plausibles si se considera el conocimiento como bien común; se dinamizan los sistemas productivos locales; se detiene la exclusión y segregación, y creando una ciudadanía sociotécnica proactiva.

Economía social como solución

Durante un panel de expertos, Haydee Beatriz Cartagena, economista, docente y jefa del Departamento de Administración de Empresas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), explicó de manera detallada el efecto que ha tenido la pandemia a la economía global.

Argumentó que, bajo el modelo económico actual, la relación trabajo-consumo está tan ligada que una crisis como la que se vive puede ser complicada de resolver. “Si se pierden empleos, también eso se traduce en una reducción de los ingresos del consumidor (…) la situación actual nos va a llevar a la transformación”. Los modelos económicos deben tener como centro a las personas.

Haydee Beatriz Cartagena planteó que una solución a los problemas actuales es empezar a consumir local, reconocer que nuestras acciones generan una serie de efectos en la sociedad. ¿Otro mundo es posible?” Desde su punto de vista y de la Universidad salvadoreña, sí es factible lograrlo.

Jaime Guevara, docente de la UCA y consultor económico con experiencia de más de 13 años, planteó que “Entender la realidad es fundamental” por ello es necesario buscar un nuevo enfoque a la economía social, dichos cambios deben beneficiar a la persona común.

Para hacer esto posible propuso crear un mapa empático, esto es, conocer lo que las personas necesitan, puede ser mediante un modelo de estudio canvas, y a partir de ello crecer con mejores propuestas de valor, esquemas innovadores. Recalcó la urgencia de aplicar esta modalidad a la economía social.

Onan Sánchez, fundador y representante de ACATEX, planteó que uno de los mayores retos a los que se enfrenta la economía social es lograr difundir el paradigma en cooperativas hermanas. “El ser humano es el centro de todos los procesos económicos, no podemos llevar nada hacia afuera sino vemos hacia dentro”, explicó el ingeniero industrial.

Es importante dar apoyo a las microempresas para mejorar el sistema económico. “El Estado es clave para generar políticas de desarrollo inclusivas”, continuó Sánchez. Ser socialmente cooperativos es lo más importante para generar un nuevo eje que busque pensar primero en las personas y después en las grandes corporaciones.

Al concluir su intervención, existió una serie de preguntas y respuestas. Ahí, los panelistas explicaron la importancia de generar otra concepción de sociedad, de apoyo empático entre todos los integrantes. Es crucial buscar la igualdad social, comentan los expertos.