El reto del sector agroalimentario post COVID-19 es entender que la comida sana es un derecho humano y no un lujo, que toda la gente tenga acceso a una alimentación libre de agroquímicos sin venenos, aseguró la egresada de la UDLAP, Adriana Luna Díaz, CEO de Tierra de Monte, durante su ponencia Reto del sector agroalimentario post COVID-19, organizada por la Universidad de las Américas Puebla.
Mencionó que ese desafío lo realiza desde su empresa Tierra de Monte, cuya conjunción de saberes del campo, de productores y de sociedades indígenas con la ciencia, ofrece soluciones totalmente accesibles a agricultores para atender diferentes problemáticas de los cultivos. “Nuestra misión es hacer de la agricultura una fuente de bienestar y felicidad para las personas y los ecosistemas”, agregó la egresada UDLAP.
Los retos del sector alimentario no vienen a raíz de la pandemia, son problemáticas añejas y pese a que el costo ha sido muy alto y lamentable, el propio suceso es una oportunidad para plantear una nueva forma de hacer las cosas para solventar todos esos desafíos que existían previamente.
El sector agroalimentario tiene la misma edad del hombre. Ha padecido guerras y pandemias en toda su historia las cuales ha resuelto y ha crecido a tal grado que hoy la agricultura tiene un gran peso dentro del sistema económico.
Señaló que desde hace cinco años el PIB del sector en México aumentó aun cuando el general registró una disminución. Incluso en el contexto mundial, mientras las economías pasan por un momento difícil se tuvo un modesto crecimiento.
“En 2017 simplemente el aguacate atrajo más dinero que el petróleo y esto nos habla sobre el potencial de desarrollo y el bienestar que nos puede traer a la economía”, añadió la CEO de Tierra de Monte.
Sobre el COVID-19, la egresada de la UDLAP manifestó que ha desatado diversas preocupaciones pues a nivel global hay una disminución de mano de obra, de transporte y limitaciones de acceso en el mercado, una de las causas son el cierre de caminos en comunidades, ciudades y países.
A nivel geográfico se han marcado las zonas que no están en el núcleo urbano, cuyo apoyo no es el mismo; la población sintió la angustia de no tener alimentos abundantes.
“Toda la sociedad en su conjunto empezó a hablar del sector agroalimentario, empezó a preocuparse por ‘voy a tener lo suficiente para comer’, se sintió en carne propia la posibilidad de no acceder a alimentos”, expresó.
Sin embargo, la bióloga por la UDLAP aclaró que hay suficiente reserva de alimentos para toda la población y lejos de creer que la situación de salud es una barrera, para la agricultura es una etapa de oportunidades; pues el sector agroalimentario es una red compleja en la que intervienen productores, venta a minoristas, trabajadores agrícolas, de procesamiento, transportación, almacenamiento, marketing, entre otros. Y estas personas están saliéndose de su zona de confort, buscando puntos de impacto que puedan tener desde todas sus disciplinas, no para el mercado de nicho, sino para las grandes necesidades del mundo.