El gobernador Miguel Barbosa es un hombre de poder políticamente incorrecto.

Un político disruptivo, como él mismo se define.

La carrera de Barbosa Huerta siempre se ha caracterizado por la disrupción desde sus inicios en el PRD en la década de los setentas hasta su largo y turbulento periplo hacia Casa Aguayo.

La noche del martes, como lo anticipé en la última entrega de esta columna, tuve la oportunidad de entrevistar al mandatario poblano a quien jamás había enfrentado con grabadora y pluma en mano.

Cara a cara con el gobernador Barbosa.

En la morbosa charla que se alargó más de una hora de la que fue testigo su inseparable esposa Doña Rosario Orozco, el nacido en el Valle de Tehuacán jamás perdió su esencia disruptiva con la que ha impregnado a su administración que hace un mes cumplió su primer año.

Tras abordar los obligatorios episodios del Fraude Electoral del 2018 y los comicios extraordinarios del 2019, Miguel Barbosa le confío a quien esto escribe que quiere ser recordado como el gobernador que le regresó a la entidad la dignidad y la tranquilidad tras el paso de las administraciones panistas y priistas que convirtieron a los poderes del estado en un sistema económico que enriqueció a unos cuantos y que sirvió para saciar los deseos perversos de un grupo político que traicionó a los poblanos.

Firme en sus convicciones y sin ningún titubeo en sus palabras, el gobernador emanado de la 4T está seguro que, con el paquete de reformas estructurales que serán enviadas antes de diciembre al Congreso del estado, comenzará una nueva etapa para Puebla luego de un pasado siniestro en el que todas las instituciones fueron pervertidas por la corrupción incuantificable que estuvo al frente de la entidad durante una década.

¿Qué sigue en la agenda del gobernador?

Tras afirmar que la colaboración de los poblanos fue de vital importancia para vencer al Covid y mostrarse satisfecho por los más de 30 decretos emitidos por su gobierno para minimizar los estragos de la crisis sanitaria, Barbosa está consciente que las crisis social, sanitaria y económica, que vienen luego del paso del Coronavirus, serán un nuevo reto para su gestión, pero no tiene duda alguna que lograrán salir adelante lo antes posible para recuperar el rumbo del estado.

En la plática tet a tet con este reportero, el gobernador poblano ya vislumbra lo que será el proceso local intermedio del 2021 en el que estará en juego la segunda mitad de su sexenio al elegirse a los diputados con los que gobernará los próximos tres años.

¿Qué prometió el mandatario poblano desde su papel como titular del Ejecutivo local, pero también como líder moral de Morena en Puebla?

¿El gobernador impulsará a algún candidato?

Las respuestas se publicarán en el Incorrecto MX en cinco entregas a partir del próximo lunes.

Las palabras de Barbosa dejarán a muchos intranquilos y sin conciliar el sueño.

Y es que, el mandatario poblano también se dio tiempo de hablar de la designación del próximo rector de la BUAP que se celebrará el próximo año, una vez que concluyan los comicios antes mencionados.

¿Barbosa tiene la intención de intervenir en la elección de la persona que suplirá a Alfonso Esparza?

¿Tiene alguna carta marcada?

Para todas las interrogantes de quien esto escribe hubo una réplica precisa por parte del gobernador.

La entrevista no pudo rematar sin abordar el tema del juicio a los expresidentes de México que se está impulsando desde la dirigencia nacional de Morena.

¿En Puebla también serán llevados a juicio a los ex gobernadores?

Barbosa lo tiene claro: los ex gobernadores tienen un estatus legal diferentes que los expresidentes.

Sobra decir que se puede esperar lo peor en los próximos meses.

La cruzada contra la corrupción barbosista no dará ninguna salvedad a nadie.

#LaEntrevistaIncorrecta le provocará insomnio a más de uno este fin de semana.

Sin duda, Barbosa es el gobernador disruptivo.