Ni el Covid-19, ni el repudio ciudadano, ni su baja aceptación entre la población, han podido con algunos ediles poblanos que han aprovechado la desgracia internacional de salud para vaciar las arcas del erario, para saciar su apetito feroz y para satisfacer su ambición económica.

Hasta la fecha son 12 presidentes municipales en puebla los que se han contagiado de la enfermedad ya considerada del siglo por los cientos, miles y millones de muertos que ha generado en todo el mundo.

Empero, esto no ha sido un impedimento para que muchos de estos personajes sigan haciendo de las suyas, y sigan aprovechando la desgracia de la gente a fin de cometer actos ilícitos y de corrupción.

Son muchos los ejemplos de la opacidad, arbitrariedad e injusticia con la que actúan estos mal llamados funcionarios públicos, quienes han llegado al grado de despedir, recortar salarios y abusar de los trabajadores poniendo como excusa la pandemia.

Allí está el caso del actual presidente de Nopalucan, José Margarito Aguilar de la Cruz, quien asumió el poder en aquella región poblana tras la ejecución del ex edil Félix Aguilar Caballero.

Félix Aguilar, hay que recordar, fue interceptado y acribillado el pasado 3 de septiembre pasado del 2018 cuando viajaba a bordo de su camioneta en la carretera que lleva a la junta auxiliar de Santa María Ixtiyucan.

El historial del ex edil es amplio, pues se le acusó de estar relacionado con la delincuencia organizada dedicada al robo de combustible y al saqueo a los trenes de carga. Su muerte incluso por ello se tomó como un ajuste de cuentas.

A Aguilar Caballero le apodaban “El tanque” y asumió el poder en Nopalucan abanderado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Fue entonces como José Margarito Aguilar, quien era el suplente del ex edil asesinado, asumió el poder y tomó las riendas de Nopalucan.

Sin embargo, desde aquel momento empezó el calvario de los habitantes de la región, quienes ya están hartos de las arbitrariedades y abusos de José Margarito Aguilar, quien no mueve un dedo por resolver los graves problemas que aquejan su municipio.

Recientemente, gasto más de 200 mil pesos para la renta e instalación de adornos con motivos de las fiestas patrias, aunque días antes ordenó recortarle el sueldo a la plantilla de los trabajadores municipales argumentado una mala situación económica en la Comuna provocada por el Covid.

El edil aprobó y firmó un recorte del 25 por ciento en los salarios, aunque esta baja en los sueldos no aplicó para los regidores, la sindico, el secretario general, ni mucho menos el presidente municipal y sus jefes de área.

Que vivillo salió el edil, ¿a poco no?

Contrario a eso, y a pesar de la crisis económica y la pandemia, el sueldo de los regidores de Nopalucan se incremento este año, pues los cabildantes antes ganaban 11 mil pesos a la quincena y ahora obtienen 15 mil.

Mientras tanto, Margarito Aguilar se embolsa un salario de 50 mil pesos mensuales, mientras que la sindico, María Teresa Morales Méndez; el secretario general, Rossobelt Rodríguez García; la tesorera, Yennifer Pérez Vázquez, entre algunos otros ganan poco menos, pero una cifra nada despreciable.

El caso es que uno de los motivos por el que se tuvo que recortar el salario a los trabajadores fue precisamente el incremento aprobado por el edil de Nopalucan, quien permite que se haga y deshaga de todo en su administración.

Y tal vez por ello se entiende un poco la opacidad con la que se intenta gobernar Nopalucan, pues el edil en cuestión siempre se ha dedicado a rentar y operar su luz y sonido, mismo que sigue trabajando en las calles de la región mientras su gobierno se desmorona.

Eso sí, hace fiesta semana a semana, pero a los trabajadores del ayuntamiento que dice representar los tiene amenazados con despedirlos si se quejan y protestan por sus acciones y disposiciones.

Porque otra critica fuerte que ha recibido el edil, por parte de los empleados municipales y de la ciudadanía en general, es su “valemadrismo”, el cual la gente lo menciona cada que escucha el nombre de José Margarito Aguilar, quien sigue ausente de sus responsabilidades por haber dado positivo al Covid.

Mientras, allí en Nopalucan todo mundo se defiende como puede, pues la inseguridad y la delincuencia siguen gobernando la región e incrementando el trasiego de combustible robado, mejor conocido como “huachicol”.

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