Tu disponibilidad de agua tiene una fecha de caducidad, te la estás acabando y en algún momento determinado no va a ser suficiente, no vas a tener agua. (Por lo tanto) cuida tu recurso hídrico, no desperdicies el agua, respétala”, advirtió el  Polioptro Martínez Austria, catedrático de la Universidad de las Américas Puebla, durante su conferencia en línea para la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial del Gobierno de Puebla.

No existe un bien o servicio que ataña a la sociedad que no requiera agua, desde lo más simple hasta lo más complejo necesita del líquido para efectuarse, sin embargo, la situación actual en el país tiene suficientes problemas, que de alcanzarse para 2030 o 2050 podría ser desastroso.

Así lo indicó Martínez Austria, profesor de Ingeniería Civil y Ambiental de la UDLAP, en su ponencia en línea titulada ‘La seguridad hídrica de México: retos principales’; en la cual presentó estudios, gráficas y panoramas de las contrariedades que ha obtenido gracias a la colaboración con diferentes instituciones y personalidades.

Hoy la seguridad hídrica en México enfrenta cinco retos principales: escasez, contaminación, conflictos por el agua, deterioro ambiental de cuencas y acuíferos.

Desencadenados por varios factores como la demografía, producción de alimentos, demanda de energía, cambio climático, deficiente gobernanza de agua, que fueron tratados por el director de la Cátedra UNESCO-UDLAP en Riesgos Hidrometeorológicos.

En el primer rubro, Polioptro Martínez indicó que para 2030 habrá escasez en las cuencas mexicanas, si la población sigue concentrándose en los principales centros urbanos del país, esto porque se sobrexplotarán los mantos acuíferos.

Asimismo, señaló que México es uno de los países más afectados por el cambio climático. La temperatura ha aumentado al menos dos grados y en ciudades donde es común los 45 grados o más puede ser mortal.

Del otro lado, la precipitación pluvial tiene una disminución en un porcentaje relativamente bajo, pero ha aumentado la demanda; es decir, en una ciudad llueve un 16% pero ocupa un 20%.

Aunque los problemas más graves se relacionan a la gobernanza y la calidad del agua, por una parte, no hay una reforma hídrica en México seria y profunda que administre el líquido, que genere el capital económico necesario para transportación, saneamiento, potabilización, etc. “He trabajado en alguna época en el gobierno y es angustiante, a veces desesperante y muchas otras frustrante que uno sabe cómo resolver el problema, que tiene el impulso para resolverlo, pero no los recursos financieros, ni las capacidades o el grupo de personas que debieran tener”, aseguró el también editor general de la revista Entorno UDLAP.

La calidad del agua va ligado a la falta de pago a los organismos operadores, además de pensar que estará en casa a precios baratos. Pues las tarifas bajas son insuficientes para que funcionen bien los servicios, sea transportada y después tratada.

“El agua no cuesta, nos cobran el servicio, lo que cuesta sacarla del acuífero, purificarla, hacerla potable y llevar por la red hasta la casa, con todo lo que eso signifique. No lo estoy diciendo por una opinión personal, sino por una evidencia científica”, expresó  Martínez Austria.

Si bien el panorama es desalentador para los próximos años con las tendencias descritas, el catedrático de la UDLAP dio los remedios para gozar en 2030 o 2050 de una cantidad suficiente de agua para todos: cuidarla, no desperdiciarla y pagar lo justo por ella. “La solución existe, pero nadie lo puede hacer solo, tenemos que reunirnos: sociedad, académicos, organizaciones de la sociedad civil, cámaras de empresarios para juntos resolver el problema”, añadió.