Lo que podría parecer una broma de mal gusto al interior del PAN, no lo es: Genoveva Huerta está obsesionada con ser la candidata del albiazul a presidenta municipal de Puebla para la elección local intermedia del 2021.
No podía ser de otra forma.
Y es que, “La Jefa” Geno sucumbió al canto de las sirenas de aprovecharse de su posición al frente del Comité Directivo Estatal panista para catapultarse como aspirante a abanderar al partido de derecha en los comicios que renovarán al Ayuntamiento de Puebla capital.
El CDE de Acción Nacional al servicio de una sola persona como en los tiempos del oscuro régimen del siniestro Rafael Moreno Valle.
Desde su imposición como presidenta del Comité Estatal azul, Huerta Villegas, quien a diario presume su nula capacidad como lideresa panista y su política marginal, se dedicó a dividir al partido, a acrecentar la crisis interna que vive el PAN en Puebla desde el 2018 tras el terremoto lopezobradorista, y a excluir de las principales carteras del CDE a todos aquellos perfiles que no estén identificados con la ex diputada federal.
Genoveva Huerta ya no sólo busca adueñarse de las primeras posiciones de la lista plurinominal del PAN al Congreso del estado —como era su plan original para amarrar una curul en la LXI Legislatura—, ahora también planea autoimponerse en la candidatura a la presidencia municipal de la Angelópolis, apostando todo a que esta postulación recaiga en una mujer por temas de equidad de género luego de que los últimos tres abanderados del albiazul en las elecciones del 2010, 2013 y 2018 han sido hombres.
Bajo esta lógica y con el control del Consejo Estatal, “La Jefa” Geno tiene el sueño de opio de aparecer en la boleta del 2021 en la que se votarán por el próximo alcalde o alcaldesa de la ciudad de Puebla y por los integrantes del Cabildo capitalino.
A simple vista, la ruta de Huerta parece sencilla, pero para nada lo es.
Además de los escándalos de corrupción y enriquecimiento ilícito, de las turbias finanzas del CDE panista, de su ADN morenovallista, de su cercanía y complicidad con el preso Eukid Castañón y de su mediocre carrera política, Genoveva Huerta no existe en las encuestas como aspirante del PAN.
Ni su nombre ni su imagen figura entre los posibles candidatos del PAN para la próxima elección.
Es más, la lideresa estatal del PAN ni siquiera ha sido medida en los estudios demoscópicos que circularon en los últimos meses de cara al inicio del proceso electoral que no sólo renovará el Ayuntamiento de la Angelópolis, también hará lo propio para los 216 municipios restantes, las 41 diputaciones locales y las 15 federales.
Lo que es una realidad es que si Acción Nacional quiere recuperar el gobierno municipal de la capital no puede apostar a la improvisación de un proyecto que no tiene ni pies ni cabeza como lo sería la postulación de Genoveva Huerta, quien no supera ni el 10% de conocimiento y con el tiempo corriendo en su contra por los factores de la epidemia del Coronavirus y por sus limitaciones naturales.
Por esto, el PAN sólo tiene una ficha competitiva: Eduardo Rivera.
La suma del ex alcalde poblano más la marca del PAN convierten, como lo demuestran las encuestas, al partido azul y a Rivera Pérez en el rival a vencer en los comicios del 2021.
La figura de Eduardo arrastraría al PAN en la capital y en la zona metropolitana.
Ni el ex gobernador Tony Gali le alcanza para imponerse a Morena en la elección intermedia del próximo año, ya que sus negativos y el desgaste que el dejó su paso por Casa Puebla, lo perfilan como un mal producto para el proceso venidero.
De hecho, lo único que podría rescatar a Acción Nacional en el estado sería apostar por un perfil ciudadano o un militante con una imagen limpia, con un buen posicionamiento que rebase el 15% y con positivos más altos que los negativos.
Sólo así, el PAN tendría posibilidades para pelear en el 2021 en caso de que Lalo Rivera no sea el candidato.
En Morena ya se frotan las manos para que Genoveva Huerta sea la candidata del albiazul.
Sólo en la cabeza de la Jefa Geno y de sus liliputienses que la acompañan en el CDE, su postulación es una buena idea.
Un chiste adelantado del Día de los Inocentes que podría ser realidad.
Pobre PAN.
Los intereses del morenovallismo le siguen pasando factura.
Sin Lalo Rivera, el panismo poblano está destinado a la colisión en el 2021.
Que el último en abandonar la nave azul apague la luz y los motores.