La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que al menos 128 mil niños morirán de hambre durante el primer año del brote de COVID-19 a nivel mundial.

De acuerdo a lo informado, “la creciente desnutrición tendrá consecuencias a largo plazo transformando tragedias individuales en una catástrofe que en el primer año del brote de COVID-19, podría causar la muerte de 128 mil niños por hambruna”.

Al pronóstico se sumaron los más de 550 mil niños que sufren marasmo, un estado de desnutrición que se manifiesta con la hinchazón del vientre y delgadez extrema, condición que ha incrementado hasta 6.7 millones respecto al total del 47 millones del 2019.