Los aficionados de sumo pudieron asistir este domingo por primera vez desde enero a una competición de este deporte tradicional en Tokio, pese a un aumento de casos de COVID-19.
Este torneo se desarrolla hasta el 2 de agosto en el centro deportivo de Ryogoku Kokugikan, para alegría de los aficionados.
La inauguración de la competición llega cuando los estadios de fútbol y de béisbol en Japón acaban también de abrir sus tribunas al público, en un momento en que el gobierno busca relanzar la economía pese a señales de que está resurgiendo la pandemia, en particular en Tokio.
“Da miedo”, reconoce a la AFP Katsuhiko Ochiai, de 59 años, que ha viajado desde la región vecina de Chiba para asistir a la primera jornada de competición.
Pero adoro el sumo y no me quiero perder esto”, añade.
Unos 2.500 espectadores estaban autorizados en el estadio de 11.000 plazas. En tiempo normal, los torneos de sumo se disputan con el aforo completo y hay una gran demanda de entradas.
Se pidió a los espectadores ceñirse a los aplausos para expresar su entusiasmo, llevar mascarilla o no aproximarse a los luchadores para pedir autógrafos.
“Va a ser diferente”, confiesa Kazuo Aoki, de 49 años. “Voy a animarlos mentalmente”, añade.
Un luchador de 28 años sucumbió en mayo al COVID-19, y otros contrajeron también la enfermedad.
El último torneo de sumo con público se disputó en enero, cuando surgieron los primeros casos en el archipiélago.
Una competición en marzo se disputó a puerta cerrada y la de mayo fue anulada.
El torneo que comenzó el domingo habría tenido que disputarse a puerta cerrada en Nagoya (centro).
Pero las instancias decidieron organizarlo en la capital para reducir los trayectos de los luchadores y organizadores.
El torneo llega cuando el número de nuevas contaminaciones en Tokio no ha cesado de aumentar estos últimos días. El domingo, las autoridades de la capital anunciaban unos 190 nuevos casos.