Carlos Gómez / @gomezcarlos79
La maratónica sesión del Congreso del Estado de Puebla no permitió apreciar los alcances de la llamada Reforma Electoral rumbo a las elecciones del 2021, sin embargo, en una primera revisión se destacan dos puntos: la elección del Órgano de Control Interno del Instituto Electoral del Estado (IEE) y la desaparición de las asociaciones electorales.
No debemos perder de vista que en la histórica elección del 2018 hubo serios cuestionamientos al trabajo del IEE y por parte del actual gobernador, Miguel Barbosa, siempre señaló que este organismo electoral formó parte del fraude electoral de ese año.
Por eso en las elecciones extraordinarias del 2019 y ante la nula confianza en el trabajo del IEE se tomó la decisión que las organizara el INE.
Por eso es importante que se quite la facultad a los consejeros del IEE de elegir al titular del Órgano de Control Interno.
Así podrán estar vigilados y no podrán ser parte de una nueva estrategia fraudulenta como en el 2018.
Aunque, se corre el riesgo de que la mayoría de la coalición Juntos Haremos Historia caigan en la tentación de poner a una persona de su total confianza para hacer presión a los consejeros y funcionarios del IEE.
Ese es un enorme riesgo.
Otra de las reformas logradas ayer fue la eliminación de las “asociaciones electorales” que fue un mecanismo usado por el morenovallismo para repartirse votos y prerrogativas para poder competir con ventaja sobre sus contrincantes en las elecciones.
Era una burda estrategia del morenovallismo para tener más espacios como partidos políticos, más recursos en prerrogativas, más puestos de elección popular y el control para el mismo grupo político.
Son dos reformas electorales que marcarán el rumbo del proceso electoral del 2021 y no permitirán –en teoría- más fraudes desde el propio IEE y una contienda más equitativa y democrática.
Ya veremos si en la práctica se alcanza ese objetivo.
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