Existen silencios que son estruendosos, tan estruendosos como los escándalos de corrupción en cualquier nivel de gobierno.

También son incómodos, como lo incomodo de una riqueza inexplicable amansada en apenas 4 años.

Genoveva Huerta tiene una corrupción con sobrepeso y cuenta con un patrimonio mórbido y mal habido.

El silencio de los principales liderazgos del panismo en torno al amparo que la lideresa estatal del partido, Genoveva Huerta, tramitó para evitar la cárcel por ser una de las cómplices y beneficiarias de la Estructura Maya con la que Eukid Castañón desvío cientos de millones de pesos durante el oscuro régimen morenovallista, es muy incómodo, por decir lo menos.

El vacío que los peces gordos del Partido Acción Nacional en Puebla le hicieron a Huerta Villegas lo dice todo.

Nadie de los panistas de cepa, en su sano juicio, quieren ensuciarse de las machas de corrupción de la “Jefa Geno”.

Lo sabemos: el partido azul está dividido, a la fecha, entre los morenovallistas arribistas y los militantes con pedigrí.

Estos últimos nunca nadaron en la alberca de mierda en la que el siniestro Rafael Moreno Valle y su grupo de hampones convirtieron a la administración pública durante la última década.

Y es que, el PAN poblano aún no logra completar la purga de las huérfanos y viudas que dejó Moreno Valle y que tanto daño le han hecho al partido azul.

Por eso es que ni Eduardo Rivera ni Ana Teresa Aranda ni Humberto Aguilar Coronado ni Mario Riestra ni Juan Carlos Mondragón ni Roberto Grajales ni Jesús Zaldivar ni Juan Carlos Espina ni Enrique Guevara ni Augusta Díaz de Rivera ni Mónica Rodríguez de la Vecchia ni Nancy Jiménez ni Guillermo Velázquez ni Raúl Espinoza salieron a defender a su presidenta.

Ni un solo tuit para dar la cara por la dirigente que llegó al CDE azul gracias a la imposición de los Moreno Valle.

Sólo los liliputienses y cínicos de Oswaldo “El Payaso Pillín” Jiménez y la ex particular de Moreno Valle, Verónica Sobrado, sin ningún peso específico, exoneraron a Genoveva por haber recibido millones de pesos del preso Eukid Castañón y por formar parte de la “Estructura Maya” que desfalcó las arcas de Puebla.

Desde hace tiempo, Huerta Villegas es un cadáver que apesta los pasillos de la sede del PAN en Puebla, pero que se encadenó a su escritorio con la esperanza de permanecer en el cargo hasta la elección intermedia del 2021 para lucrar con la repartición de las candidaturas al venderlas al mejor postor.

Más preocupada por alaciarse el cabello y salir más maquillada que Moreno Valle en sus entrevistas, “La Jefa Geno” está hundiendo al panismo poblano en la peor crisis de su existencia.

Los líderes del albiazul lo saben y ya dejaron sola a su lideresa, a cuyo ataúd ya le pusieron el último clavo.

Sin embargo, cada día que Huerta Villegas se mantiene al frente del CDE azul, el partido de derecha pierde la oportunidad de corregir el rumbo.

Huerta, desde hace mucho, perdió toda calidad moral para ser la voz de la oposición en Puebla.

¿Cómo alguien con estos antecedentes de corrupción y ser cómplice de un presunto criminal acusado de lavado de dinero y desvío de recursos públicos, como Castañón Herrera, puede enarbolar las causas de un partido que busca regresar al poder?

Los panistas de linaje en Puebla ya deberían exigir al CEN la destitución inmediata de Genoveva Huerta.

La imagen de una lideresa amparada no abona para nada a Acción Nacional en este momento.

La oposición, en manos de “La Jefa Geno”, es la mejor arma de Morena para el 2021.

Ahí están los resultados de imponer a obesos mentales en la dirigencia de un partido.

El silencio panista es bastante sonoro.

Pobre panismo en manos de su dirigente tan chiquita.