Está claro que, si los panistas poblanos no se ponen de acuerdo y se siguen peleando, cuando todavía ni siquiera arranca el proceso electoral del 2020-2021, en el que se definirán en el estado ediles y legisladores, les va a ir muy mal.

El pronóstico panista, si Morena logra dividirlos y fragmentarlos está dado: un nuevo fracaso electoral.

No entiendo cómo es que Marko Cortés Mendoza, dirigente nacional del PAN, no viene a Puebla, o no envía un emisario para poner orden en su partido, cuando sus líderes y militantes connotados se están despedazando.

Y eso que todavía ni siquiera arranca el proceso formalmente, como ya lo señalé.

El problema parece más complejo que nunca en el albiazul.

Sus dirigencias más importantes, la estatal que encabeza Genoveva Huerta Villegas; y la municipal que lidera Jesús Zaldívar Benavides, están fracturadas en su relación y no se ve para cuándo pudiera existir una reconciliación.

Y es que mientras Genoveva se lanza contra el gobierno como la única oposición política en el estado, porque parece que no hay otro rival mejor que ella para hacerle un contrapeso al poder y a Morena, la dirigencia municipal de Chucho está enfocada sólo en lanzar ataques a la presidenta Claudia Rivera Vivanco en la capital.

Ni en eso se han puesto de acuerdo.

Y vaya que esa división les está haciendo daño.

En el PAN poblano parece que alguien les grito “sálvese el que pueda”, porque todos están dando tumbos y golpes bajos.

Existe un grupo que grilla a Genoveva, el cual no ha querido dar la cara pero que está perfectamente bien identificad; no ayuda, pero bien que estorba.

Por otra parte, la dirigencia que encabeza Chucho Zaldívar está tratando de impulsar a Lalo Rivera, o a un posible candidato para la capital que no sea morenovallista, ni cercano a la dirigencia.

El caso es que los panistas de seguir así van a terminar perdiendo la última oportunidad que parecen tener en su vida política para recuperar la ciudad capital, luego de haberla perdida ante Morena.

Mientras tanto, el ejercito barbosista ya prepara y vela armas para la nueva guerra electoral que viene, en la que no tienen considerada la derrota.

De entrada, le puedo adelantar que para la ciudad tienen ya no sólo una opción sino dos, y parece que con muchas posibilidades de triunfo tal y como lo marcan sus encuestas.

Para ello, Eric Cotoñeto Carmona, el líder de Morena más emblemático por ser el brazo combativo y armado del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, está metido de lleno ya en la organización y estructura de su renovado y blindado nuevo ejército electoral.

¿Y aun así siguen tan confiados los panistas de poder ganar la capital?

En lo personal, creo que los panistas tienen mucho que pensar, que reflexionar, que armar, que organizar y que conciliar entre su militancia y liderazgos.

De lo contrario, el PAN podría volver al hoyo, o a la cloaca, de donde lo sacó el morenovallismo un día para convertirse en gobierno en Puebla.
Me parece un gran y garrafal error descartar a estas alturas cualquier alianza con cualquier partido, incluido con el moribundo PRI.

Si los panistas quieren competir verdaderamente en la próxima elección, entonces tienen que pensar en globalizarse políticamente, abrirse a cualquier posibilidad y entender que no pueden solos.

Sobre todo, porque el gobernador Barbosa es un animal político con todo el colmillo político-electoral, y les podría arrebatar la elección sin problema y mediante una estrategia que se saque de la manga.

Los panistas requieren de una intervención quirúrgica para ganar los próximos comicios, pero también de aliados fuertes y con posibilidad económica.

Peleados y enfrentados, es un hecho, no lo van a lograr.

A los panistas les urge un pacto de no agresión y de paz entre sus filas, entre sus liderazgos y entre su militancia.

¿Tan pronto olvidaron cómo ganaron la gubernatura en 2010?

¿Tan pronto olvidaron el manual para ganar elecciones que les heredaron?

¿Dónde están los ilustres morenovallistas, los prestigiosos yunquistas, los nuevos liderazgos panistas?

¿A poco les sigue dando miedo actuar y decidir solos?

En este momento lo que deberían estar haciendo los azules es hablar, reconciliar y curar sus heridas para, posteriormente, actuar y hacer un buen papel en la elección que viene.

Porque si los panistas se confían, ya por ustedes ni los habitantes de la capital van a votar.

Ya lo verán.

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