Pensadoras como Dolores Juliano nos hablan del etiquetamiento social, político y estructural hacia ciertos sectores para generar después aprovechamiento o instrumentalización de los colectivos y movimientos. Conceptos como la interseccionalidad nos ayudan a comprender que, aun al interior de una comunidad, los impactos e intereses son múltiples.
En el marco de la Jornada Conmemorativa de los movimientos LGTB+, organizada por los Consejos Estudiantiles de Representantes de Licenciatura (CER´s) del Departamento de Ciencias Sociales de la IBERO Puebla, se conformó un panel en el que activistas identificaron retos y oportunidades de la disidencia sexual.
Para Sofía Jiménez Poiré, activista y consultora en temas de género, los movimientos LGBT+ operan cuesta arriba, pues existen desatenciones específicas en materia legal y cultural, donde el concepto de familia tradicional juega un rol fundamental. No obstante, existen avances palpables, como la integración de las marcas comerciales como actores socialmente responsables.
Como activista local, Adán Cuamatzi, integrante de No Dejarse es Incluirse, A. C. Vida Plena Puebla, reconoció que los cambios recientes se han visto minados por la poca respuesta del Congreso y el Gobierno estatales. “Los temas de la identidad de género y matrimonio igualitario apenas se están discutiendo, cuando en lugares como Ciudad de México ya son una realidad”.
Reivindicó la necesidad de denunciar y actuar en torno a las problemáticas que se han agravado a partir de la pandemia: violencia doméstica e intrafamiliar, falta de acceso a servicios de salud y vulnerabilidad de trabajadoras sexuales, específicamente de las mujeres trans.
Desde el ámbito jurídico, e Juan Alberto Corona Román, asistente de la Procuraduría de Derechos Universitarios de la IBERO Puebla, indicó que la pandemia va a demostrar que lo que no se legisló tendrá afectaciones en la disidencia social. A su vez, se refirió a que las políticas públicas deben relacionarse con beneficios reales a la comunidad LGBT+, como es el acceso a instancias de procuración de justicia.
Desafíos y cuentas pendientes
La crisis económica provocada por la pandemia impactará a la disidencia sexual que trabaja en la informalidad debido a la falta de seguridad social, salarios bajos y condiciones laborales precarias. Sofía Jiménez admitió que, para los activistas, los retos suponen la optimización de recursos para garantizar que podrán seguir ofreciendo servicios de atención y protección a víctimas.
Se refirió a los riesgos de salud mental propios del duelo que todas las personas viven con respecto al modo de vida previo a la cuarentena. Esto también se ve reflejado en la violencia intrafamiliar que culmina en la expulsión de las personas de la disidencia sexual de sus hogares.
Sobre este tema, Adán Cuamatzi añadió que, en el último mes, No Dejarse es Incluirse, A. C. ha registrado diez casos de personas que han soportado procesos de rechazo familiar y desempleo por razones de orientación sexual. “Los retos se agudizan porque no ha habido un avance en materia de derechos”, complementó.
“Se están haciendo cosas importantes a partir de la formación de nuevos liderazgos. Los frutos los vemos con todas las iniciativas digitales que se están formando para reivindicar la lucha LGBT+”: Juan Alberto Corona.
Todos los días hay intentos por vulnerar las instancias sociales, principalmente a través de la suspensión de apoyos económicos. Para Juan Alberto Corona, la sobreexposición mediática de la pandemia ha provocado que el resto de los temas se dejen de lado.
Desde lo político, denunció que los conceptos de disidencia sexual se han utilizado con fines partidistas, lo cual no se termina de concretar en la legislación. “Debemos tener cuidado de no vender un movimiento, pues en lugar de obtener políticas públicas, se percibe como votos potenciales”.
Oportunidades en el contexto actual
El encierro ha llevado a repensar la manera en que nos estructuramos como sociedad, las actividades que realizamos y cómo esto impacta en el medio ambiente y el bienestar personal. “Si hubiese una posibilidad de revolución la pandemia sería un buen escenario para ello. Es difícil, pero al menos está visibilizando las desigualdades”, comentó la Mtra. Jiménez Poiré.
En este proceso de reestructuración social se debe garantizar que una persona LGBT+ tenga una fuente de ingresos fija. Propuso Adán Cuamatzi: “El camino de la economía social y solidaria no ha sido abordado con tanta profundidad en la disidencia sexual. Tenemos que discutirlo y reflexionarlo como un proceso de colectividad”. Además, informó que no hay un modelo de acompañamiento psicosocial para personas LGBT+.
Sobre esa línea, Corona Román recordó que la reforma a la NOM-035, la cual atiende la atención psicoemocional de las y los trabajadores, es un antecedente puntual del área de salud mental, misma que se ha reivindicado con la pandemia. En este sentido, existe una amplia área de oportunidad para incluir la educación en temas de diversidad sexual y de género.
Discriminación interna
Las conductas discriminatorias también están presentes en el seno de la comunidad LGBT+. Adán Cuamatzi esclareció que la homofobia internalizada no sólo se da por aversiones a lo femenino, sino que se relaciona con condiciones de clase o raza y otras interseccionalidades.
Juan Alberto Corona reconoció que algunas discriminaciones se relacionan con los estereotipos de apariencia física. “La orientación sexual no te hace solidario con tus pares. Vivimos en una sociedad en la que el prejuicio y los estereotipos son válidos”. En el caso específico de los hombres, señaló que forma parte de las conductas discriminatorias propias de la cultura mexicana.
Sobre la bifobia, Sofía Jiménez indicó que recae en una necesidad inculcada de tener un pensamiento binario. “Al desafiar el binarismo de género es más difícil deconstruirlo”. Como cierre, refrendó el valor de acentuar la interseccionalidad dentro de los movimientos LGBT+ y abrir camino a la discusión en la cotidianidad y no sólo en los espacios académicos.
Durante su mensaje de clausura, la Dra. Galilea Cariño Cepeda, responsable de Prevención de Violencias de la IBERO Puebla y moderadora del conversatorio, celebró que la Jornada Conmemorativa coloque inquietudes que nos lleva a estar pendientes y a hacernos cargo de nuestra realidad. “Pensar en los retos es pensar también las metas y los cambios que queremos lograr”, concluyó.