Si alguien sabe de términos beisbolísticos es el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador –AMLO-.
Saber esconder la bola con un tirabuzón, la bola rápida, la bola de nudillos, o la bola de humo.
Por cierto, durante los 18 meses del actual gobierno federal la habilidad de AMLO para obnubilar a la opinión pública y crear distractores ante temas álgidos ha sido continua.
Las cortinas de humo, desviación de temas o los distractores los ha ocupado hasta en forma chusca para darle “pan y circo al pueblo”.
La prueba más clara es el lanzar en su mañanera la lectura de un documento que dijo no saber su origen, que decía era “confidencial”, que lo habían filtrado y era un plan donde denuncian la conformación del Bloque Opositor Amplio –BOA-, donde están partidos, empresarios, periodistas, el INE, el TEPJF y muchos más que quieren ganarle a él y a MORENA las elecciones del 2021.
Este distractor llega ante la creciente inconformidad nacional y caída del posicionamiento de su partido MORENA, la baja de la popularidad del propio Andrés Manuel López Obrador, así como la mala información con la pandemia del Coronavirus y la creciente escalada de contagios y muertes.
Otro de los ruidos es que la Secretaría de Hacienda informó que el Banco Mundial otorgó a México un préstamo por mil millones de dólares, pese a que el Presidente ha repetido en decenas de ocasiones que no endeudaría al país, “como lo hicieron los gobiernos neoliberales”.
Pero bueno, han sido muchas más curvas, bolas rápidas en las que han caído los opositores y le ha servido de diversión al propio Presidente y la sociedad que llena de comentarios y memes las redes sociales.
En diciembre de 2019 cuando el nieto de AMLO nació en Houston y en el país había desabasto de medicinas, fue cuando dio a conocer “la Rifa del Avión Presidencial”, lo que le resultó.
Distractores, cortinas de humo, distractores psicosociales se han presentado una y otra vez cuando desaparició este año el Seguro Popular y entró en su lugar el Insabi, con gran escándalo por falta de atención, cobros exagerados, falta de medicamentos y se le acumularon la inseguridad más grande nunca vivida en México, la pandemia del Coronavirus, la situación económica y los feminicidios.
Es así que a través de engañar, confundir y distraer ha manejado las crisis el gobierno federal.
Así lo hizo a finales de 2019 en el caso de denuncia contra Manuel Bartlett Díaz por enriquecimiento ilícito o bien el enriquecimiento inexplicable del diputado Napoleón Gómez Urrutia y el conflicto de interés con las empresas de su hijo y el gobierno.
Pero hay más ejemplos:
Luego del abucheo en la inauguración de un estadio de béisbol, lanzó la exigencia de que España pidiera perdón por la conquista de Tenochtitlan.
La venta de bienes muebles e inmuebles a través del nuevo Instituto para Devolverle al Pueblo lo robado ha sido recurrente.
Tras el fallido operativo para detener al hijo de El Chapo, Ovidio Guzmán, en su mañanera habló de que sus opositores estaban gestando un golpe de estado.
Después del escándalo nacional del asesinato de 9 miembros de las familias Le Barón, anunció el asilo en México al ex presidente Boliviano Evo Morales.
La credibilidad de este gobierno está en juego.
Pero lo que más le preocupa a Andrés Manuel López Obrador es no perder en las elecciones del 2021 la Cámara de Diputados federal y apoderarse de las más gubernaturas posibles de las 15 que estarán en disputa.
AMLO hace un llamado a dejar “la hipocresía” a sus adversarios, quienes le devuelven “la bola” pidiendo que el ejecutivo federal dé a conocer otros documentos creados desde la presidencia o desde MORENA, porque “su boca no es bodega” y porque siempre pide “transparencia” que debe empezar por él.
LOS PRESIDENTES
Con Vicente Fox Quesada, nos avergonzaba las actitudes, acciones y falta de cultura del ranchero que llegó a ser presidente de México, incluido su comportamiento y falta de respeto a los protocolos nacionales e internacionales en cuanto a actitudes y vestimenta.
Fox fue el primero que empezó a denigrar la investidura presidencial en nuestro país.
Con Felipe Calderón Hinojosa, hubo soberbia e intentó recuperar parte del respeto que se debe tener a la institución presidencial
Con Enrique Peña Nieto se mantuvo, pero lo que siempre fue motivo de crítica, burlas y memes fue la ignorancia o falta de cultura que mostró en repetidas ocasiones.
Hoy con Andrés Manuel, que es un tipo inteligente, pero soberbio; brillante, pero maquiavélico; zagas, pero narcisista, son muchas sus expresiones que han generado la división social, porque para él se aplica el “estás conmigo o contra mí”, como el mismo lo ha dicho “no hay medias tintas”.
¡Es democrático, pero sólo con quienes le aplauden y apoyan en sus decisiones!
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