Barack Obama, expresidente de Estados Unidos, externó su opinión sobre las múltiples protestas en su país por la muerte de George Floyd, con la intención de “hacer de este momento un verdadero punto de inflexión para lograr un cambio real”.
El presidente agregó, en un mensaje en Twitter, que reunió algunos recursos para ayudar a los jóvenes activistas a mantener el impulso canalizando su energía en acciones concretas.
“Mientras millones de personas en todo el país salen a las calles y alzan sus voces en respuesta al asesinato de George Floyd y al problema actual de la justicia desigual, muchas personas se han acercado para preguntar cómo podemos mantener el impulso para lograr un cambio real“, señala el texto de Barack Omaba.
“En última instancia, dependerá de una nueva generación de activistas diseñar las estrategias que mejor se adapten a los tiempos. Pero creo que hay algunas lecciones básicas que extraer de los esfuerzos pasados que vale la pena recordar”, agrega.
El expresidente afirma que en primer lugar, las oleadas de protestas en todo el país representan una frustración genuina y legítima por un fracaso de décadas en reformar las prácticas policiales y el sistema de justicia penal en los Estados Unidos.
“La gran mayoría de los participantes han sido pacíficos, valientes, responsables e inspiradores. Se merecen nuestro respeto y apoyo, no una condena, algo que la policía en ciudades como Camden y Flint han entendido de manera admirable”, señaló.
“Por otro lado, la pequeña minoría de personas que han recurrido a la violencia en diversas formas, ya sea por enojo genuino o por mero oportunismo, están poniendo en riesgo a personas inocentes, lo que agrava la destrucción de vecindarios que a menudo ya carecen de servicios e inversiones”, indica que dichas agresiones restan valor a la causa.
“Vi a una anciana negra entrevistada llorando porque la única tienda de comestibles en su vecindario había sido destruida. Si la historia es una guía, esa tienda puede tardar años en volver. Así que no disculpemos la violencia, ni la racionalicemos, ni participemos en ella. Si queremos que nuestro sistema de justicia penal y la sociedad estadounidense en general operen con un código éticosuperior, entonces tenemos que modelar ese código nosotros mismos”.
“En segundo lugar, he oído que algunos sugieren que el problema recurrente de prejuicios raciales en nuestro sistema de justicia penal demuestra que solo las protestas y la acción directa pueden generar cambios, y que votar y participar en la política electoral es una pérdida de tiempo. No podría estar más en desacuerdo. El punto de protesta es aumentar la conciencia pública, poner de relieve la injusticia y hacer que los poderes sean incómodos; de hecho, a lo largo de la historia estadounidense, a menudo solo ha sido en respuesta a protestas y desobediencia civil que el sistema político incluso ha prestado atención a las comunidades marginadas. Pero, eventualmente, las aspiraciones tienen que traducirse en leyes específicas y prácticas institucionales, y en una democracia, eso solo sucede cuando elegimos funcionarios gubernamentales que respondan a nuestras demandas”, explicó Obama.
Aclaró que es importante comprender qué niveles de gobierno tienen el mayor impacto en el sistema de justicia penal y prácticas policiales.