El empresariado poblano es una rara especie de la aldea que siempre busca estar lo más cercana al poder en turno, pero una vez que obtiene canonjías, salvedades y contratos con el gobierno del estado, da la espalda, traiciona y conspira.

Este grupo de personas con dudosas reputaciones transitaron, en su momento, del marinismo al morenovallismo sin pudor alguno.

Con el góber precioso Mario Marín era compañeros de parrandas y lograron millonarios contratos y cuántos permisos y licencias necesitan sin importar lo irregular de sus compañías; mientras que con el góber bala Rafael Moreno Valle agacharon la cabeza y se unieron a su séquito de porristas, quienes terminaron con las manos hinchadas de tanto aplaudirle ciegamente al expriista ignorando cada una de sus pillerías y corruptelas.

Ahora, el empresariado poblano (no los liliputienses que presiden las principales Cámaras de la Iniciativa privada en el estado) piden con la mano izquierda y golpean con la derecha, con una doble cara digna de cualquier personaje de Martín Scorsese.

Y es que, entre la clase fifí está de moda golpear, sin ningún argumento y con ataques ramplones y banales, en redes sociales a los gobiernos de la Cuarta Transformación para ganar likes, seguidores o los aplausos hipócritas de su círculo de amigos.

Una historia que dibuja de pies a cabeza la doble moral de los empresarios poblanos sucedió la semana pasada.

A unas horas de que las reformas a la Ley de Educación, en las que el gobierno del estado puso un alto al “terrorismo económico” que los rectores de las universidades privadas cometían contras sus estudiantes, los integrantes del Colegio de Empresarios, encabezados por Antonio Yitani, convocó a un foro a 15 de los principales integrantes del Club de Empresarios de Puebla, con Luis Ernesto Derbez y Emilio Baños Ardavín, rectores de la UDLAP y Upaep.

La conferencia virtual se llevó acabó el pasado miércoles 27 de mayo y sirvió para que los empresarios poblanos escucharan todas las mentiras y rencores de Derbez y de Baños Ardavín contra el gobernador Miguel Barbosa por haberse metidos en sus millonarios negocios de lucrar con la necesidad de su comunidad estudiantil.

Tras oír las posturas de los rectores de la UDLAP y Upaep, Yitani Maccise prometió sumar a más empresarios para conspirar contra la administración barbosista, pues “el gobierno del estado no podía meterse con sus bolsillos”.

Lo sabemos: a los paladines de la academia en Puebla hace mucho les dejó de interesar la educación, ya que fueron rebasados por sus ambiciones económicas.

De hecho, Derbez Bautista durante en el foro con los empresarios aseguró que buscará una candidatura en el 2021 para saciar su sed de poder.

Lo que Antonio olvida es que fue de los primeros en hincarse ante Miguel Barbosa en el 2019, como lo hizo con el innombrable Marín y con el siniestro Moreno Valle, para que su hijo Toño Yitani Junior pudiera obtener los permisos necesarios y las licencias correspondientes para continuar la construcción de otra torre de departamentos Boudica.

(Esta historia tampoco tiene desperdicio: el dinero para la segunda torre de departamentos de lujo tiene en la zona de Angelópolis con dinero del prófugo Kamel Nacif, perseguido por los delitos de tortura y pedestaría, ya que su hijo Yamil Nacif está asociada con el vástago de Antonio Yitani).

De este tamaño es el cinismo de los empresarios de la aldea.

Otro de los señores custodios de la IP que se valentona desde las sombras es Rubén Contreras Reyes, presidente del grupo automotriz Excelencia, quien, ya montado en el potro del alcohol y con el efecto de otras sustancias químicas, es muy asiduo a insultar al gobernador de Puebla con adjetivos soeces y con apodos miserables.

También, su hija Isabel Contreras nunca pierde la oportunidad de denostar e insultar al gobernador y a los miembros del gabinete en sus grupos de whatsapp fifís de mamás.

Al igual que Yitani y Contreras, otro empresario que no tiene ninguna vergüenza en exhibir su cinismo y doble moral es José González Cobían, dueño de las fábricas textileras Cobitel, pues él y yerno Edy Litchtle son de los primeros en lanzar ofensas y maldiciones contra los gobiernos de Morena, pero también son de los primeros en formarse en la fila de la oficina del mandatario poblano para obtener contratos y sangrar el erario.

Cómo olvidar que González Cobían obtuvo en el gobierno interino de Don Guillermo Pacheco el contrato para la venta de la compra de uniformes y zapatos escolares por 400 millones de pesos, prendas que vendió a un sobrecosto escandaloso, ya que se embolsó un total de 60 millones de pesos de ganancias por cada uno de los del millón 44 mil 644 y los 713 mil zapatos que se hicieron para alumnos de primaria y secundaria de las escuelas públicas del estado.

Todos estos expedientes, capturas de pantalla de mensajes de whatsapp y publicaciones en redes sociales ya obran en el escritorio del gobernador Barbosa.

Barbosa Huerta todo lo sabe. No hay nada que se le escape.

Así el cinismo de estos empresarios que quieren seguir haciendo negocios con los gobiernos.

Su doble moral ya raya en el cinismo.

¿Cuántos de los integrantes del Club de Empresarios pasarían una auditoría del SAT o del IMSS?

Qué conste que es pregunta.

Off the record

Ahora que el sábado pasado una vez más los fifís de la aldea hicieron el ridículo en Puebla durante otra desangelada manfestación contra el presidente Andrés Manuel López Obrador no estaría de más revisar el perfil de los haters de AMLO, quienes no lograron ni reunir a 60 coches.

¿Cuántos de estos empresarios doblemorealinos fracasaron en la caravana contra López Obrador que partió de la zona más fifí de la capital del estado?

¡Qué ridículos!