Todavía no se sabe si se disputará el US Open sin embargo los organizadores se encuentran haciendo todo lo posible por que se lleve a cabo, eso sí con medidas radicales para cuidar la integridad de todos los involucrados. 

“Estamos concentrados en esto en un 150 por ciento, es lo único en lo que pensamos cuando despertamos. Es nuestra responsabilidad estudiar la posibilidad de una fecha y lugar alternativos, pero esa no es la prioridad”, dijo Stacey Allaster, directora ejecutiva de la Federación de Tenis de Estados Unidos 

El anuncio oficial será emitido a mediados o finales de junio y además de un posible cambio de sede existen algunos lineamientos que se realizarían en caso de que se dispute el Grand Slam. 

· Vuelos chárter para transportar a los jugadores del US Open y sus sedes limitadas desde Europa, Sudamérica y Medio Oriente hasta Nueva York.

· Pruebas COVID-19 a cada jugador antes de viajar, obligatorio dar negativo.

· Vivienda centralizada para evitar desplazamientos innecesarios.

· Controles diarios de temperatura a cada jugador.

· No habrá público. Después de estudiar la situación, la organización ha decidido que lo mejor es que los aficionados no acudan al evento.

Habrá menos periodistas en pista para la cobertura del torneo.

· Prohibido el acceso a vestuarios en los días de entrenamiento.

· Posibilidad de hacer los partidos al mejor de tres sets siempre y cuando los jugadores lo propongan y estén de acuerdo.

· Equipos reducidos por parte de los jugadores, no es viable que cada tenista viaje con su séquito de 7-8 personas. El torneo proporcionará masajistas, fisioterapeutas y demás perfiles.

· Partidos con menos jueces de línea, más responsabilidad para la tecnología.

· Se mantienen los recogepelotas, pero solo adultos, nada de niños.