Algo que le está haciendo mucho daño al país, y a todos los mexicanos, son las peleas, enfrentamientos, desencuentros, disputas y la guerra que las autoridades del gobierno, de Morena y de la llamada Cuarta Transformación (4T) han emprendido en contra de quienes no piensan igual que ellos.

Estos pleitos le van a costar muy caros al país si no cesan.

Y es que son muchos los ya protagonizados por Morena y por la 4T; están en todas partes, en todos los niveles de gobierno y en todos los estados.

Desde el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pasando por muchos de sus secretarios, gobernadores, senadores, diputados federales, presidentes municipales y legisladores locales, se han registrado los conflictos de la 4T.

“Pero qué necesidad”, dijera el clásico.

El presidente AMLO ya no busca quién se la hizo sino quién se la pague.

Está peleado con la prensa, esa a la que ya tachó como fifi, igual que todos sus enemigos, con los empresarios, con aquellos a los que llama provocadores, neoliberales y con todo aquel que no piense como él y acepte sus “otros datos”.

Lamentablemente, hay que subrayarlo, el primero en dividir al país y fomentar los pleitos de la 4T es el presidente de México.

Tal vez por ello, los integrantes de su gabinete, como Manuel Bartlett Díaz, titular de la CFE; Rocío Nahle García, secretaria de energía; Olga Sánchez Cordero, titular de gobernación; Zoé Robledo Aburto, director del IMSS, entre otros, han seguido sus pasos.

Todos ellos han incurrido en pleitos y escándalos que han derivado en enfrentamientos públicos y nacionales, los cuales sólo han sumado escándalo y desprestigio al gobierno de la república.

Podríamos enlistar los temas y los escándalos por los que estos políticos mexicanos han generado pleito y división, pero no nos alcanzaría toda la columna para mencionarlos completos.

Empero, lo que sí podemos hacer los poblanos, en particular, es tomar como ejemplo lo que no se debe hacer para evitar abonar más a los pleitos y escándalos de la 4T que tanto afectan la estabilidad social, económica y política de nuestro estado.

Parece que no aprendemos de los ridículos nacionales de la vida política, de esa que encabeza la 4T.

En el estado, por ejemplo, ya se tiene que acabar -de una vez por todas- el pleito que traen el Ayuntamiento de Puebla y el Gobierno del Estado, la guerra entre la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco y el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.

Su bronca nos está costando muy cara.

De entrada, por ejemplo, ya se quedó un buen número de enfermos de Covid-19 sin respirador o ventilador para salvar su vida, debido a que los donados por el municipio eran usados, reciclados, reparados, o lo que sea.

Estoy seguro que si ambos gobiernos se hubiesen puesto de acuerdo para la adquisición de los aparatos las cosas habrían salido mejor.

Sin embargo, uno y otro se acusan de todo, se dan hasta con la cubeta cada que pueden.

Son del mismo partido, pero se llevan muy pesado.

El crear enemigos y abrir tantos frentes de batalla no conviene a ningún gobierno.

Lo que se debe hacer es sumar y fomentar la unidad, el trabajo en equipo, no el enfrentamiento o la guerra.

Otro ejemplo está en San Pedro Cholula, entre el presidente municipal Luis Alberto Arriaga Lila y el diputado local y ex edil de la misma región, José Juan Espinosa Torres.

Y eso que son compadres.

En vez de ponerse de acuerdo para beneficiar a los cholultecas con las experiencias de un buen gobierno y las ideas de una nueva administración, tanto Luis Alberto como José Juan hicieron todo lo contrario y se agarraron del chongo.

A la fecha siguen de pleito.

Un escándalo más protagonizado por una de los muchos dueños de la 4T es el de la edil de Huejotzingo Angélica Alvarado Juárez y el diputado local Carlos Alberto Morales Álvarez, quienes pasaron de ser unos tortolos y románticos, a enemigos políticos a muerte.

Y ya vimos lo que ambos son capaces de hacer con tal de salirse con la suya.

Por su culpa, Huejotzingo está merced de la delincuencia, de la pobreza, de la corrupción y de la ingobernabilidad que priva en la región.

Un pleito más de la 4T que derivó en un grave escándalo fue el que emprendió Felipe Patjane Martínez, ex edil de Tehuacán, en contra del gobernador Barbosa, a quien desafió una y otra vez sin medir las consecuencias.

La pelea entre ambos militantes de Morena llegó tan lejos que actualmente Patjane sigue tras las rejas por varios delitos y sin la certeza de cuánto tiempo pasará en prisión.

Son muchos los problemas que está generando la 4T y sus pleitos a todos los mexicanos, a los poblanos particularmente.

Ojalá que después del coronavirus pase la tormenta, las broncas y llegue la calma que tanta falta le hace al país.

Afortunadamente, la elección intermedia, y la posibilidad de un nuevo cambio, ya está a la vuelta de la esquina.

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