La Bundesliga ha regresado y eso ha producido alivio en los clubes mientras que dentro y fuera del mundo del futbol ha recibido críticas al retorno en medio de la pandemia.

El regreso, pese a la anomalía de los estadios vacíos, se puede calificar de logrado. No ha habido incidentes. Todos los responsables cumplieron los protocolos de prevención fijados y no se presentaron las aglomeraciones fuera de los estadios que algunos temían.

La celebración de los goles del Hertha contra el Hoffenheim generaron alguna irritación, pero la Liga Alemana de Futbol (DFL) se apresuró a aclarar en un comunicado que no abrazarse no forma parte del plan de prevención.

Se trata, se aclaró, sólo de una recomendación. A la larga, los jugadores tienen en todo caso contacto físico durante los partidos y han sido sometidos a repetidos test de coronavirus para el regreso.

Escepticismo de la afición

Pese al regreso, que es calificado por muchos como la recuperación de un pequeño trozo de normalidad, aunque en condiciones poco normales, entre los aficionados al futbol hay escepticismo ante el retorno.

Los ultras, sobre todo, desde que se empezaron a fraguar los planes, repitieron hasta la saciedad que el fútbol sin espectadores no es fútbol.

Sin embargo, si se habla con aficionados, muchos siguen sin hacer amistad con el futbol de la pandemia.

La resistencia viene ante todo de los aficionados que van a los estadios. Desde hace mucho, las organizaciones de aficionados critican la comercialización del futbol que hace que, según ellas, se atienda más a la televisión, que es la que pone el dinero, que a quienes están sábado a sábado en las tribunas.