El poder que Eukid Castañón forjó a lo largo del oscuro régimen morenovallista no sólo se basó en el miedo y el temor como sus principales activos para doblegar, amenazar y poner en cintura a opositores y hasta a los propios integrantes del grupo que encabezó el siniestro Rafael Moreno Valle, también se compuso de un robusto grupo de softwares, que iban desde programas de espionaje utilizados en las guerrillas de Medio Oriente, hasta ordenadores electorales para fueron utilizados en los comicios recientes en Puebla.
Castañón Herrera se convirtió en “El Gran Hermano” de la aldea.
Y es que el esbirro estrella de Moreno Valle, quien ahora pasa sus días en una profunda depresión en una celda del Penal de San Miguel, controlaba los softwares de espionaje por ya todos conocidos; el Call Center del 911 en Puebla; así como un sinnúmeros de programas de inteligencia policial y de seguridad, desde los que Castañón Herrera controló gran parte de las estrategias de las corporaciones municipales y estatal, la cual fue una de las piezas más importantes en la operación del Fraude Electoral del 2018 contra el ahora gobernador y entonces abanderado de Morena, Miguel Barbosa.
No había asunto político, de seguridad o de administración de justicia que no pasara por el escritorio de Eukid Castañón.
(Uno de los muchos problemas que el ex diputado federal tuvo con el ex gobernador Antonio Gali fue la cancelación del contrato que tenía para operar el Centro Telefónico del otrora Ceri, el cual formada parte de la red de acecho, que Eukid creó para mantener controlados a todas las posibles amenazas del morenovallismo y evitar las revoluciones en la granja azul).
El periodista Fernando Maldonado en diversas entregas de su columna Parabólica es quien mejor ha documentado la red de espionaje montada por el ex contralor del estado, la cual acumuló horas y horas de grabaciones telefónicas interceptadas de manera ilegal, así como datos de correos electrónicos y conversaciones de diferentes mensajeros en línea, a través de los equipos y programas CSM 7816, HAWK-OWL y iMSI Catcher Marca Varient, respectivamente.
Estos hardwares y softwares ya fueron asegurados por la Fiscalía General del Estado el pasado fin de semana durante los cateos en algunas de las muchas casas de seguridad del panista.
¿La FGE también habrá encontrado los cientos de archivos de las conversaciones interceptadas por el equipo de espionaje de Castañón Herrera?
¿Se imaginan todo lo que Eukid no llegó a escuchar de las decenas de pláticas de políticos locales y nacionales, servidores públicos, representantes populares, empresarios, periodistas, activistas y demás objetivos del morenovallismo?
Sin duda, un arma letal en contra de cualquiera de los antes mencionados.
Pero, existe otro software que Castañón Herrera también compró hace poco para lograr la imposición de Martha Erika Alonso como gobernadora de Puebla a través del burdo fraude de las elecciones del 2018.
Resulta que meses antes de los comicios estatales de ese año durante la planeación del Fraude Electoral, Castañón Herrera conoció por el magistrado Roberto Grajales a dos jóvenes mexicanos, quienes residían en Silicon Valley y que habían trabajado en Google.
Estos dos genios tecnológicos, uno de ellos casado con una poblana y amiga de la panista Angélica Ramírez, cuñada de Grajales Espina, desarrollaron un programa electoral de alta tecnología bautizado como Vote Engine, cuyas oficinas estaban en uno de las torres empresariales de Lomas de Angelópolis, el cual se basaba en mapas de calor en tiempo real y un complejo sistema de control de votos segmentados por secciones y casillas del estado.
El software fue vendido a Eukid por 10 millones de pesos para la elección del 1 de julio. A través del efectivo Vote Engine y del control de las secretarías municipales y estatal de Seguridad Pública, así como de la Fiscalía General y del Cartel del “Grillo” y el resto de sus células delictivas, la mano derecha de Moreno Valle ordenaba directamente qué casilla reventar, en cuál sección clonar las actas y en qué distrito inventarse la votación.
Además, las proyecciones de Vote Engine sirvieron para dictar los números finales al IEE y a las encuestadoras contratados por el war room de Alonso y así poder validar el Fraude.
Así, con la violencia, la manipulación de la paquetería electoral y el control de la seguridad en Puebla, Rafael Moreno Valle y Eukid Castañón lograron inventarse los resultados finales de la elección del 2018, en la que Alonso Hidalgo se “alzó con la victoria” al final de la sangrienta e inolvidable jornada de hace casi dos años.
La historia de Eukid Castañón parece sacada de cualquier libro de Elmore Leonard.
En este caso, la realidad superó a la ficción.
¿El programa Vote Engine también formará parte del inventario incautado por la FGE?