El famoso juego del Blackjack y las elecciones son muy similares: la suerte poco importa cuando el jugador sabe manejar bien sus emociones, domina el conteo de las cartas y conoce que el engaño es un arma mortal ante su enemigo.
Este juego del azar y los procesos electorales también comparten una regla de oro muy difícil de ignorar: en caso de empate la casa siempre gana.
Muchos de los liliputienses opositores de la 4T en la aldea y muchas de sus obnubilados voceros y plumas ya daban por hecho que el PAN le arrebataría el poder al gobernador Miguel Barbosa en los comicios del próximo año al ganar con la mano en la cintura, al decir de este grupo de entusiastas agoreros, la alcaldía de la capital y la mayoría en el Congreso del estado.
Nada más alejado de la realidad.
Las viudas y huérfanos del siniestro Rafael Moreno Valle, así como sus ex porristas en los medios de comunicación, están ansiosos de regresas al poder para seguir desfalcando al erario poblano luego de que en los gobiernos del expriista dejaron una escandalosa hipoteca que todos debemos de pagar por los excesos, corruptelas y abusos cometidos por el propio extinto exgobernador y su grupo de pillos.
Y es que en todas las comidas y reuniones que los morenavallistas sostuvieron antes de la crisis epidemiológica del Covid-19 aseguraban entre sonoras carcajadas que ya tenían en la bolsa el Ayuntamiento de Puebla capital y la mayoría de curules en el Legislativo local por los malos gobiernos emanados de Morena en la Angelópolis, en la zona metropolitana y en el estado.
Es comprensible su falta de capacidad electoral y su nula lectura de los tiempos políticos.
Sin Moreno Valle, sus siervos son menos que nada.
La primera encuesta publicada por Massive Caller, la encuestadora del acertado Carlos Campos, quien manejó los números más cercanos en las últimas elecciones en Puebla, no cayó para nada bien en el seno del orfanato morenovallista.
Con todas las circunstancias que implica un cambio de régimen, la herencia maldita de la inseguridad heredada por los oscuros gobiernos panistas y el nuevo proyecto de nación que apenas comienza, Morena se mantiene como una opción real entre el electorado de la Ciudad de Puebla, pues, al decir del encuestador regio, el partido lopezobradorista se encuentra en empate técnico con Acción Nacional a casi seis meses de que dé inicio el proceso electoral intermedio del 2021.
De nada o de muy poco han servido las encuestadas pagadas en las que Claudia Rivera y Miguel Barbosa son calificados entre los peores gobernantes del país, pues los capitalinos piensan todavía que el Movimiento Regeneración Nacional sí es “la esperanza de México”.
En una pasada entrega había comentado que Morena es una idea colectiva del triunfo de los pobres sobre la clase política de cúpula que saqueó al país durante los gobiernos del famosos PRIAN.
La encuesta publicada este martes por Massive Caller establece que, si hoy fueran las elecciones a alcalde de Puebla, 30% votarían por el PAN y 28.9% lo harían por Morena, una diferencia apenas mayor al uno por ciento, lo que en términos reales en un “too close to call”, es decir, un empate técnico.
Ver: Inician con empate técnico PAN y Morena carrera al 2021 en Puebla capital (+ENCUESTA)
No está de más recordar que un escenario similar se presentó al inicio de la elección intermedia de Rafael Moreno Valle en el 2013, cuando el PRI, recién desterrado de Casa Puebla, comenzaba la contienda también en empate técnico con el PAN, el cual ya había sido secuestrado e infiltrado por el ex militante del tricolor que encabezaba el Ejecutivo local.
Las mismas plumas que hoy aseguran que Acción Nacional estará de vuelta en el poder para el próximo año también se equivocaron al pronosticar que el Revolucionario Institucional recuperaría en ese entonces el poder en Puebla luego de que Enrique Peña Nieto había llegado a los Pinos y tras la detención de la madrina de Rafael, Elba Esther Gordillo.
El desenlace todos lo conocemos: Moreno Valle y su maquinaria electoral aplastó al PRI en las elecciones del 2013 al retener el Charlie Hall y hacer casi “carro completo” en el Congreso del estado.
El empate siempre favorece al gobierno (la casa).
Si a esto le sumamos que la aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador goza de cabal salud y repunta, la próxima elección concurrente pinta para que el “Tsunami Obradorista” arrase otra vez en el país como sucedió en el 2018.
Si los morneovallistas pensaron que el 2021 era su año que mejor vayan pensando en el 2024, aún tienen tiempo para ser una oposición seria y no nada más unos pillos sueltos que apenas esbozan una resistencia de caricatura.
Su calidad moral e ignominioso pasado los condena y las encuestas así lo demuestran.
Off the record
Lo que es una realidad es que el morenovallismo está en vías de extinción.
Otro dato que la encuesta de Massive Caller reveló fue que si el PAN quiere ser competitivo para la elección del 2021 sólo tiene a dos tiradores serios: Eduardo Rivera y Tony Gali.
¿Qué comparten estos dos ex alcaldes, quienes buscan llegar otra vez al Palacio municipal de la Angelópolis?
Ambos detestan al morenovallismo.
De todos son sabidas las diferencias que Lalo Rivera y Gali tuvieron con Moreno Valle y su grupo cercano.
En el 2021 será la purga final de los pillos de Rafael que aún rondan en la aldea como Jorgito Aguilar Chedraui, Genoveva Huerta, Francisco Fraile, José Juan Espinosa o Pablo Rodríguez Regordosa.
Lalo o Tony, dos verdugos del morenovalismo, no hay más.