Cuando Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia de México, instauró un plan de comunicación inédito en el mundo: rendición de cuentas a través de una conferencia matutina diaria. Se trata de un concepto innovador que, no obstante, ha dejado múltiples dudas en su ejecución.
Ante el contexto pandémico que vivimos, esta estrategia se ha duplicado para permitir que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ofrezca un informe diario de la situación de nuestro país en la materia. “En términos comunicacionales, se ha hecho un trabajo excepcional”. Así lo reconoce Miguel Calderón Chelius, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la IBERO Puebla.
Lo cierto es que la pandemia ha evidenciado el problema en infraestructura médica que persiste en nuestro país y en todo el mundo. “Con un poco de rezago, pero se han tomado acciones para subsanar las carencias del sector salud e ir generando sinergia entre hospitales públicos y privados”.
Gobierno novato
Con poco más de un año en el poder, la administración morenista llega con carencias acumuladas en el sector salud. Por un lado, las carencias heredadas de sexenios anteriores; por otro, la implementación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), una transformación estructural en el sistema sanitario que no ha podido consolidarse.
Aunado a ello, las políticas de austeridad han acentuado las debilidades en múltiples ejes del sector público. “En términos generales, la capacidad de concretar políticas públicas se encuentra debilitada. La combinación de elementos estructurales y coyunturales limitan las acciones del Estado”, comenta el Coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública.
Además, han existido múltiples disonancias entre el mensaje retórico y las acciones concretas que han tomado tanto el Ejecutivo federal como las autoridades de cada estado. Esta confrontación constante ha obstaculizado el trabajo articulado entre los diferentes actores políticos, además de propiciar el oportunismo político de cara al panorama electoral de 2021.
Figura presidencial
La ausencia del presidente López Obrador en las conferencias vespertinas no es una situación fortuita. En el afán de mantener la inteligencia comunicacional, el Gobierno Federal ha optado por disociar el aspecto técnico del político, siendo las llamadas “mañaneras” el escenario predilecto para llevar a cabo acciones chocantes para ciertos sectores de la sociedad.
El problema es, señala Calderón Chelius, que no somos conscientes de quién es el público meta del primer mandatario. “Cuando el 55% de la población económicamente activa está en el sector informal (70% en Puebla), el discurso debe dirigirse a la parte más vulnerable de la sociedad”.
“Un sector de la población está acostumbrado a que los recursos del Estado se usen para apoyarlos a ellos, esto bajo el discurso de que, en la medida en que se aporte a estos capitales, el resto del país se beneficia”: Miguel Calderón.
De ahí la controversia presentada el mes de marzo, cuando la retórica de quedarse en casa era ensombrecida por las acciones del Presidente, como las giras y mítines persistentes hasta hace un par de semanas. Las clases medias y altas piden una serie de actitudes y posturas hacia problemáticas específicas, pero la mayoría de la población mexicana no se encuentra en ese ámbito.
Si bien la postura de solidaridad ha sido adecuada, el lenguaje sigue siendo excesivo y polarizante. “La crítica virulenta, propiciada por el mismo López Obrador, está debilitando la capacidad institucional del país”, reflexiona el Coordinador.
El día después
Hasta este momento, el confinamiento en México se ha extendido hasta el 30 de mayo, haciendo excepciones en lugares con pocos o nulos casos de contagio. El contexto, así como los antecedentes, demuestran que el proceso de regreso a la cotidianidad será gradual.
De igual manera, las afectaciones serán considerables en materia de decesos, infraestructura y economía. En el escenario político, la confrontación será inminente, pues habrá suficientes problemas como para que la oposición responsabilice al gobierno de todo lo que ocurre.
Para el académico de la IBERO Puebla, este papel de contrapeso se ha limitado a la descalificación por encima de la emisión de propuestas. Si bien la presencia del expresidente Felipe Calderón ha servido para aglutinar a la opinión pública que rechaza las acciones del gobierno actual, no se ve con claridad un escenario en el que la oposición pueda realmente disputar el poder.
Finalmente, las fricciones con el sector privado se presentarán, pues, ahora mismo, hay una disputa por los recursos del Estado. “El hecho de que el gobierno busque hacer que las grandes empresas sean copartícipes de la responsabilidad se traduce en una disputa política y económica que va a prevalecer en los próximos meses”, esto en el entendido de que los sectores vulnerables serán los primeros en ser asistidos