Mientras a nivel nacional un pequeño grupo de cuatro gobernadores están aprovechando la crisis epidemiológica en México para politizar los tiempos complicados sociales y económicos en el país, Claudia Rivera y Miguel Barbosa pusieron el ejemplo al resto de sus homólogos al solidarizarse con el sector empresarial y la clase obrera de Puebla.

En medio del caos generado por la crisis del Coronavirus, los oportunistas gobernadores Enrique Alfaro, de Jalisco; el impresentable Jaime Rodríguez “El Bronco, de Nuevo León; Miguel Ángel Riquelme, de Coahuila; y Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, iniciaron una estrategia para presionar al presidente Andrés Manuel López Obrador a fin de que se revise el pacto fiscal con la Federación y los estados a la par que dos de ellos han amagado con renunciar a este acuerdo si no son escuchados.

Los mandatarios emanados del PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y uno independiente, en lugar de cerrar filas con el gobierno lopezobradorista en esta turbulencia que se vive por los contagios y decesos masivos del Covid-19, decidieron conformar un desangelado grupo opositor para exigir una revisión a las condiciones de recaudación y asignación de los recursos en el país.

Para estos oportunistas, quienes claramente le están siguiendo el “jueguito” a Enrique Alfaro, el expriista que tiene el sueño de opio de ser presidente en el 2024, es más importante la revisión del pacto fiscal que enfocar todas las acciones de sus administraciones en evitar que más personas se contagien o pierdan la vida por el virus que tiene al mundo colapsando.

Y es que para los desmoralizadores opositores de AMLO comenzar a trabajar la elección del 2021 y sacar raja política de las acciones del gobierno federal para combatir la epidemia que afecta al país es lo principal antes que atender las necesidades de su estado.

La postura a todas luces equivocada de Alfaro, El Bronco, Riquelme y de Cabeza de Vaca, ya causo un sinnúmero de críticas del resto de gobernador. A decir de Alejandro Murat, mandatario de Oaxaca, no es momento de politizar ni micho menos hacer campañas anticipadas, pues “estamos viendo en la calle como hay ciudadanos que en vez de reconocer a los trabajadores de salud están teniendo reacciones de otro tipo”.

La miseria humana de la enana oposición, sobra decirlo, no tiene límites.

Sin embargo, existen casos visibles de que no todas las autoridades buscan politizar las crisis.

En Puebla, el gobernador Miguel Barbosa comenzó la semana con el anuncio del Plan de Reactivación Económica por la contingencia sanitaria, que dejó sin argumentos a sus opositores.

Lo mismo sucedió con la alcaldesa Claudia Rivera con su propio Plan de Apoyos para los capitalinos por la contingencia de Covid-19.

Ambos anunciaron fueron tan bien recibidos que, hasta la cúpula empresarial, que hasta hoy había asumido una postura crítica en contra de las administraciones de Morena, aplaudieron las estrategias de estímulos y salvedades para mejorar las condiciones económicas y de bienestar de los poblanos.

En el plan del gobierno de Barbosa Huerta destaca la condonación o diferimiento del pago de impuestos, el aplazamiento del reemplacamiento y control vehicular, así como créditos a microempresarios por hasta 5 millones de pesos.

Así como el respaldo para las micro empresas constituidas de 1 a 10 empleados, a las que se les condonarán el 100% el pago del Impuesto Sobre la Nómina (ISN), a partir de este mes hasta diciembre de este año.

Por su parte, en las propuestas de la alcaldesa Rivera sobresalen la donación 15 millones de pesos al gobierno estatal para apoyar al Sector Salud y los 105 millones de pesos para emprender acciones de donación de despensas, pago de servicios públicos de electricidad para adultos mayores, apoyo para útiles escolares para el próximo ciclo escolar y entrega de kits de salud.

Acciones claras y no politiquería barata.

En medio de las crisis, algunos solo buscan politizar y polarizar, mientras que otros, como las autoridades en Puebla, están decididos en que en esta crisis los males sean los menos.

No es raro que desde el lunes la oposición en la aldea se hizo más enana.

Veremos hasta dónde llegan Enrique Alfaro y compañía con su rebelión contra López Obrador.

Por ahora, son cuatros solitarios gobernadores dando palos de ciego.

No podía ser de otra forma.