El primer ministro británico, Boris Johnson, que hoy emprendía su tercer día en terapia intensiva, se mantiene “estable” y prosigue su lucha personal contra el coronavirus, que ha matado a casi 6 mil 200 personas en el Reino Unido.
Único líder de una gran potencia enfermo de Covid-19, Johnson “está en una condición estable, tranquilo y con buen ánimo”, dijo al canal privado Sky News el secretario de Estado de Salud, Edward Argar.
Se le administró oxígeno en un principio pero sigue sin utilizar respirador”, precisó.
No se le ha diagnosticado neumonía, afirmó en la víspera el portavoz de Downing Street.
El diario The Times aseguraba este miércoles que la fiebre de Johnson, uno de los síntomas persistentes que le llevó al hospital el domingo diez días después de enfermar debido al coronavirus, había remitido.
Según el diario The Daily Telegraph, el primer ministro, de 55 años, está siendo atendido en el Hospital St Thomas de Londres por uno de los principales expertos del Reino Unido en cuestiones pulmonares.
Durante su hospitalización, el líder conservador fue remplazado a las riendas del gobierno por el ministro de Relaciones Exteriores, Domic Raab, quien el martes expresó su confianza en que se repondrá rápidamente.
Si algo sé sobre este primer ministro es que es un luchador y volverá a guiarnos a través de esta crisis en poco tiempo”, dijo en rueda de prensa.
EL CONFINAMIENTO SE MANTIENE
El gobierno británico se esfuerza desde el lunes, cuando su jefe tuvo que ser repentinamente trasladado a cuidados intensivos, por tranquilizar al país, asegurando que Johnson ha dejado instrucciones muy claras del camino a seguir en la lucha contra la pandemia y que el trabajo del ejecutivo sigue adelante.
Sin embargo, crecen los interrogantes sobre cuánto poder tiene realmente Raab a la cabeza de un gabinete que toma las decisiones de forma colectiva… a menos que haya disparidad de opiniones en cuyo caso decide su jefe.
Muy criticado por haber tomado medidas de distanciamento social más tarde que sus principales vecinos europeos, Johnson cambió el rumbo de una estrategia inicial aparentemente destinada a lograr un cierto grado de inmunidad colectiva, y el 23 de marzo ordenó al país quedarse en casa.
Una “medida excepcional para circunstancias excepcionales”, dijo en un solemne discurso televisado, que debía ser revisada al cabo de tres semanas.El plazo vence el próximo lunes pero ante su estado de salud y la “falta de datos científicos suficientes” que permitan establecer a ciencia cierta la progresión de la pandemia, el ejecutivo anunció el martes por la noche que la revisión se retrasará.