La Mega Marcha Universitaria dejó muchas lecciones a nuestra Puebla aletargada y dormida y tuvieron que ser nuevamente ellos, los jóvenes, nuestros universitarios, los que una vez más nos pusieron el ejemplo.

Ya habían dado indicios en el 2017, cuando salieron a reconstruir el estado y el país después de los sismos de septiembre.

Los universitarios con su marcha pacífica dieron un mensaje muy claro, que están cansados y hartos de nuestra clase política que siempre los ha ignorado y sólo en campañas los buscan como carne de cañón por los votos que representan.

Gritaron que están dolidos con una sociedad indiferente que nunca se preocupó, que nunca levantó la voz, cuando poco a poco se les fue quitando su libertad, porque lo mejor era ignorar y cuidar a los nuestros, a nuestros familiares, a los jóvenes más cercanos, o justificar asaltos , violencia y muertes, con las clásicas frases, “ellos se los buscaron”, “que estaban haciendo tan tarde”, “esas son las consecuencias de exponerse tanto”, en fin, argumentos con  los que buscamos cerrar los ojos a la realidad que vivía y padecía este sector.

De sus autoridades universitarias, que durante muchos años alentaron que la comunidad estuviera pasiva, indiferente a los problemas, por ser más cómoda y manejable y así controlarla.

Los jóvenes  demostraron que las diferencias sólo existen en los nombres de las instituciones, pero que los une una problemática que aqueja por igual a universitarios de la UDLAP que del Instituto Tecnológico de Puebla, que es la inseguridad, que no distingue raza, color o clase social.

Se equivoca el político que quiera montarse en esta manifestación legitima de los jóvenes, para buscar argumentos para atacar a sus adversarios, sólo entonces quedará evidente que no entendió nada.

Se equivocan los que están actualmente en el poder si piensan que esta movilización, es en contra de ellos o tiene dedicatoria, los universitarios reiteraron que esta mega marcha no tenía un destinatario, pero sí corresponde a las actuales autoridades dar respuesta en el corto plazo a sus demandas, ya no más promesas sino acciones concretas.

Se equivocan los Rectores que piensen que esta marcha es para sumarse a su causa o luchar por alguna bandera, la única bandera  es garantizar la seguridad de los universitarios, la única causa por la que los jóvenes tomaron las calles de Puebla, es llegar y salir tranquilos a sus diferentes instituciones  y divertirse sin miedo a nada.

Se equivocará la sociedad si piensa que los jóvenes pueden ser manipulados para luchar por otras causas o contra gobiernos actuales o anteriores, los jóvenes quieren que la sociedad los acompañe y deje de ser indiferente y sólo contemple como nuestros universitarios poco a poco van perdiendo sus sueños.

Los medios de comunicación nos estaremos equivocando si el fin de semana empezamos a comparar marchas, entre la registrada este jueves 5 de marzo y las que se han anunciado se desarrollarán el próximo domingo 8  de este mes, por el día internacional de la mujer, son causas similares pero contextos diferentes, no empecemos con las odiosas comparaciones, solo hay que mencionar que en los diferentes contingentes de los más de 150 mil universitarios que marcharon las mujeres encabezaban la mayoría de estos grupos,  ellas portaban los altavoces y coordinaban, las consignas de  la Mega Marcha Universitaria.

Que por muchos años nos quede esta sensación que nos hicieron sentir los universitarios la mañana de este jueves, como se estremecía nuestro ser con el pase de lista el escuchar los nombres de los universitarios  Ximena Quijano Hernández, José Antonio Parada Cerpa y  Francisco Xavier Tirado Márquez, y el del chofer del  Uber Josué Manuel Vital, y a la comunidad universitaria gritar a todo pulmón: ¡presente, presente, presente! y después el ensordecedor silencio que se hacía y los jóvenes con el puño levantado apretado de coraje y dignidad: VIVAN NUESTROS JÓVENES.