Hace poco más de cuatro años, Julián Ríos estudiaba Ingeniería Física Industrial en el Tecnológico de Monterrey. Hoy, a sus 20 años, es fundador y CEO de Eva, una empresa que ofrece pruebas que ayudan a detectar el cáncer de mama, las cuales funcionan a través de dispositivos termográficos -es decir, que miden el calor de los pechos- y tienen una duración de menos de 10 minutos.
“Eva nace cuando yo tenía 16 años como un proyecto de estudiantes apasionados por la tecnología. Pronto va transicionando a un starup y después a una compañía. Ganamos una beca de Peter Thiel, el fundador de PayPal, que consiste prácticamente en que te salgas de la universidad a cambio de una cantidad de dinero mensual para que puedas enfocarte completamente en la compañía. Después tuvimos la fortuna de entrar a Y Combinator, una aceleradora de empresas en Silicon Valley que cuenta con inversionistas como Khosla Ventures, Tony Robbins, Leonardo DiCaprio y Ashton Kutcher, con una ronda de capital de cerca de cinco millones dólares, con lo cual pudimos arrancar la compañía de una manera más formal”, comenta Ríos en entrevista.
Una motivación personal fue también la que llevó a Ríos a desarrollar este método: “Mi madre ha tenido cáncer de mama en tres ocasiones y mi abuela falleció a causa de esta enfermedad. Así que, desde una edad muy temprana, mi pasión ha sido unir la tecnología con herramientas que puedan ayudar a las mujeres a afrontar mejor esta enfermedad. Lo mismo para mis socios, que también son hijos o hijas de sobrevivientes de cáncer de mama”.
En México, el cáncer más frecuente es el de mama, con 27 mil 500 casos y siete mil muertes registradas al año, de acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología.
¿En qué consiste la prueba?
Si bien, como aclara la compañía en su página de internet y en sus redes sociales, el método de Eva no sustituye a la mastografía, su tecnología, basada en sensores termográficos de última generación, ayuda a obtener resultados confiables (su sensibilidad ronda entre el 86 y el 95 por ciento) y complementarios para la detección temprana del cáncer de mama.
“Proveemos información que complementa la integración de un diagnóstico en etapas tempranas, que es cuando hay 96 por ciento de probabilidad de supervivencia. Cuando se detecta tardíamente, esta es de 27 por ciento”, explica Ríos, quien es el primer mexicano en ganar el Global Student Entrepreneur Awards en 2017.
La compañía cuenta con una red de gabinetes inteligentes -los primeros en su tipo-, llamados Eva Center, para la realización de la prueba. En ellos, las tomas térmicas se llevan a cabo sin necesidad de contacto y sin la emisión de radiación en una duración menor a 10 minutos. Por lo que es un método indoloro y no invasivo, que se practica de manera privada. Los resultados del estudio personalizado se entregan entre 24 y 48 horas después, una vez que han sido analizados por un especialista. Además, por sus características, la prueba puede practicarse constantemente, incluso cada dos o tres meses.
“Durante la prueba nadie te toca, nadie te ve, eres guiada por una voz automática a la que llamamos Eva, y puede ser realizada a cualquier edad. Gracias a estas virtudes, muchas de las mujeres que nos visitan se hacen un estudio de mama por primera vez a pesar de tener 50 o 60 años. La edad promedio de nuestras pacientes es de 55 años. Aunque una gran cantidad de las mujeres que nos visitan son jóvenes cuyas madres tuvieron cáncer y quieren asegurarse de llegar a tiempo a un diagnóstico. Pues las mujeres menores de 30 años no pueden realizarse una mastografía porque tienen alta densidad mamaria y la mastografía prácticamente no puede detectar nada dentro de su pecho, pero esto no significa que no tengan cáncer de mama”, comenta el emprendedor.
Si la prueba de Eva detecta algo extraño, la paciente debe acudir a un segundo estudio, su primera mastrografía o su primer ultrasonido. “Es un servicio al que llamamos membresía Eva, cuya meta es, en vez de tardar tres meses entre la detección de una anomalía y el diagnóstico, que es lo que usualmente tarda el sistema de salud, tardar siete días”, agrega.
El antecedente de los brasieres
Antes de abrir su red de cabinas termográficas, Eva desarrolló un brasier equipado con biosensores que mapeaba la superficie de los pechos y medía así las diferencias de temperatura. Sin embargo, comenta Ríos, este producto ya es solo parte de la historia de investigación y desarrollo de la empresa. “Hoy en día estamos enfocados en los Eva Centers, los cuales nos ayudan a llegar a muchas más mujeres a un costo más accesible. El brasier, además de tener un alcance limitado para apoyar a las mujeres con la detección temprana del cáncer de mama, debía usarse entre 60 y 90 minutos a la semana, mientras que en los Eva Center solo se necesitan 10 minutos”, precisa.
El primer Eva Center fue inaugurado en la Ciudad de Puebla en 2019. Actualmente existen seis, ubicados todos en centros comerciales. Además del de Plaza Dorada de Puebla, están el de Monterrey Fiesta San Agustín, en Nuevo León; Paseo Interlomas, Tlalne Fashion Mall y Plaza Ciudad Jardín, en el Estado de México, y Galerías Coapa, en la Ciudad de México,
“La prueba cuesta solo 300 pesos. Es uno de los métodos no solamente más accesibles, sino también más democráticos, en tanto que puede llegar a una mujer de cualquier edad”, añade el fundador y CEO de la compañía.
En cuanto a cifras, el emprendedor destaca que han realizado más de ocho mil pruebas clínicas, incluyendo colaboraciones con el sector público y privado, así como oncólogos y ginecólogos de México y Latinoamérica.
Además, más de cuatro mil mujeres de zonas marginadas han recibido exploraciones gratuitas. “Lo podemos hacer así porque los resultados son un gran semillero de investigación, y ésta siempre ha sido uno de los pilares para la compañía”, asegura, y agrega que han realizado nueve publicaciones científicas.
Sobre el futuro de la compañía, Ríos comenta: “Estamos muy enfocados en incrementar el acceso: la cantidad de centros que tenemos en la República y el apoyo que podemos dar a comunidades en estado de marginación. Este año pretendemos tener por lo menos 30 centros en el país e incursionar en otros países de Latinoamérica”.